Sevilla

«Que Rubalcaba dé una chupadita a la medicina de Camps»

El PP redobla su cerco al candidato bajo el ejemplo del ex presidente 

Soraya Sáenz de Santamría y Alberto Ruiz-Gallardón, ayer en Madrid
Soraya Sáenz de Santamría y Alberto Ruiz-Gallardón, ayer en Madridlarazon

Ni un día después de la dimisión de Francisco Camps por la «causa de los trajes» la dirección popular ya estaba escenificando ayer su estrategia de redoblar su presión contra el candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, por el «caso Faisán». Una vez cerrado este capítulo valenciano, el PP se siente legitimado para sacar pecho y dar lecciones de ejemplaridad al PSOE y, sobre todo, para volver contra los socialistas la estrategia de presión que han seguido durante meses aprovechando la delicada situación del ya ex presidente de la Generalitat.

El vicesecretario de Comunicación, Esteban González Pons, instó ayer a Rubalcaba a que, ante el «caso Faisán», «dé un trago» y «una chupadita» a la misma «medicina amarga» que con su dimisión probó Camps.

Para que esta estrategia de acoso sea aún más efectiva el PP redobla, al tiempo, el cierre de filas con el político valenciano, hasta el punto de que la dirección popular no sólo no le da por amortizado en política, sino que en público sostiene que su carrera todavía no ha terminado.
«Camps es un espejo ahora mismo para Rubalcaba», insistió el portavoz popular, en una intervención pública en la que fue más que generoso en la defensa del ex presidente. De hecho, subrayó que Camps sigue teniendo mucho futuro dentro del PP y se ratificó en su confianza en su inocencia. «A partir de ahora se enfrenta a un proceso personal», precisó, negando que eso obligue inevitablemente a apartarle de la política. En privado, en la dirección del PP admiten que ahora todo está en manos de la Justicia, también lo que le quede por hacer a Camps en política.

En muy parecidos términos a los de González Pons se manifestó la portavoz del PP en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, quien señaló que espera que el candidato del PSOE a la Presidencia del Gobierno y el nuevo ministro del Interior, Antonio Camacho, «actúen en consecuencia».

«Espero que Rubalcaba y Camacho hayan tomado nota a estas alturas, porque si Camps ha tomado esta decisión por tres supuestos trajes, yo espero que Rubalcaba y Camacho actúen en consecuencia por colaboración con banda armada», sostuvo. También les instó a no esconderse detrás de la Policía, informa Efe. «Espero que Camacho y Rubalcaba den la cara y no se escondan detrás de la Policía, que merece ser defendida y merece que los auténticos responsables asuman su responsabilidad», argumentó la «número tres» del PP. Sobre Camps, destacó su «valentía, lealtad y responsabilidad» al tomar su decisión, que «evidencia la dignidad con la que afronta esta situación en defensa de su inocencia».

Mariano Rajoy, por su parte, mantuvo ayer su silencio público sobre la gestión que ha rodeado a la decisión de Francisco Camps de dimitir. Hoy tendrá otra oportunidad de pronunciarse en los actos de partido en los que participará en Granada y Almería, junto con Javier Arenas.

Y, mientras, los socialistas imputados siguen en sus cargos
A raíz de la dimisión de Francisco Camps no pocos políticos se preguntan el motivo por el que el dirigente de la Comunidad Valenciana renuncia a su cargo, tras ser procesado por, presuntamente, aceptar el regalo de unos trajes de las empresas de la trama Gürtel y, sin embargo, casi un centenar de dirigentes socialistas acusados de diferentes delitos no dimiten. Algunos hasta ostentan altos cargos, como Antonio Fernández, implicado en la trama de los ERE de Sevilla (la Junta libró 647 millones de euros para prejubilaciones falsas y empresas en crisis entre 2001 y 2010) y que en la actualidad es el presidente del consejo regulador del Jerez. Así como el caso, en la misma Valencia, de Alejandro Soler, ya que como acalde ocultó supuestamente documentación a los auditores del «caso Facturas». Y, de más envergadura, el escándalo del chivatazo del «caso Faisán», en el que el actual ministro de Interior, Antonio Camacho, y el candidato socialista a las Elecciones Generales, Alfredo Pérez Rubalcaba, podrían terminar imputados.