Donde solía

Ya ha vuelto el Atlético donde solía. Ha vuelto a la imprecisión, la falta de ambición y de juego y a la mediocridad en todas sus líneas. Este equipo es incapaz de crear peligro si Agüero no está en el campo porque Forlán deja de existir sin el argentino al lado. Nadie es capaz de trenzar una jugada que deje al uruguayo en la boca de gol. Pases atrás, pelotazos hacia adelante para ver si suena la flauta y poco más. El Sevilla parecía un gigante al lado de un Atleti otra vez sin saber qué hacer con la pelota y sin ideas. Mal en la Liga y mal en la UEFA, o como coño se llame ahora esa competición de la que somos vigentes campeones, aunque si las cosas siguen así nos dejarán muy pronto sin opciones de repetir el próximo mes de mayo. Vuelven los domingos de depresión post partido, no fuera que la capacidad de sufrimiento de los atléticos flojeara. Ya no merece la pena analizar las causas por las que un equipo con un montón de buenos jugadores sale al campo encogido y es incapaz de mantener el balón en su poder más de unos segundos. Esta vez ni el pobre De Gea pudo hacer nada, ya que la defensa no ayudó nada. Seguramente alguno de mis amigos atléticos me afeará el ser tan duro cuando llevamos poco más de un mes de campeonato, pero a estos chicos o se les da cera o no reaccionan, y la afición se merece más esfuerzo y más ganas, y los puntos que ahora se pierden son los que se echan de menos al final, como ocurrió la temporada pasada, que se salvó con un título y una final que resultaron ser relámpagos en un cielo sin nubes.