15M
Ahora pulso de antifascistas y 15-M
MADRID- Un baturrillo de plataformas y grupúsculos volvió a darse cita ayer en la Puerta del Sol. El kilómetro cero reunió a los «indignados» con unos trescientos antifascistas, que en esta ocasión adelantaron su tradicional manifestación (autorizada) con motivo del 20-N –aniversario de la muerte de Franco–. Aunque esta vez lo hicieron con un eslógan mucho más «comercial», el de «lo llaman democracia y no lo es», con el que pretendían atraer al 15-M, convertido en el perejil de todas las salsas.
Esta vez lograron algo más de protagonismo que otros años, entre otras cosas porque, tras los disturbios del juveves resultantes de la mezcla de la «marea verde» con los «indignados», un dispositivo de unos 800 agentes están de guardia este fin de semana para evitar altercados. De hecho, al cierre de esta edición no se había producido ningún incidente. Con todo, a los antifascistas se habían unido los «compañeros» de los seis detenidos del jueves por saltar un cordón policial, pintar el Congreso y colocar banderas republicanas. Según pudo saber ayer este periódico, estos seis vándalos pasarán hoy a disposición judicial acusados de los delitos de desórdenes públicos, resistencia y desobediencia a la autoridad y daños públicos.
Asimismo, uno de ellos ya tiene antecedentes por atentado a agente de la autoridad. Sin embargo, sus compañeros de la plataforma «@tomalaplaza» se concentraron ayer en Sol en protesta por sus detenciones y para pedir su libertad.
«De norte a sur, de este a oeste, la lucha sigue, cueste lo que cueste», fueron algunas de las consignas que se oyeron en la plaza. Los «indignados» mantuvieron su «pulso» a la Junta Electoral y, sobre todo, a la delegada del Gobierno, Dolores Carrión, ya que también convocaron para «reflexionar» sobre el voto de las elecciones del domingo, un acto prohibido a partir de las 00:00 horas por ser ya jornada de reflexión. Cuando pasó la media noche cerca de 200 personas aún permanecía allí, sin embargo, la lluvia logró lo que Carrión no ha logrado desde que en mayo decidieron hacerse con la plaza más céntrica de Madrid con sólo anunciarlo en las redes sociales: el desalojo.
Los agentes tenían la orden de impedir una nueva acampada. Si este hecho no se producía, los antidisturbios sólo tenían indicaciones de mantener las distancias y detener sólo si se producían agresiones. Los efectivos de la UIP vigilaron especialmente el entorno del Congreso, donde algunos «indignados» propusieron ir, aunque sin lograr apoyo. También controlaron el entorno de Sol porque en la manifestación de anoche los agentes detectaron grupos de gente con esterillas y pasamontañas,para volver a acampar.
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