Villalonga se casa con una alemana en Mónaco por Jesús Mariñas

Juan de Villalonga se casa el próximo 17 de septiembre en Mónaco. El ex presidente de Telefónica dará el «sí, quiero» a su casi recién estrenada novia alemana. Tras separarse de la mexicana Adriana Abascal, con la que tuvo tres hijos y que ahora está en los brazos del francés Mathias Helleu, a Villalonga se le relacionó con Cristina Valls Tarberner. Pero, a la vista está que aquello no fue a más.

La que si parece crecerse es Isabel Sartorius. No hay que perderse sus intervenciones a partir de hoy en «Espejo Público». Inicia una nueva etapa tras reconocer que «tuve una infancia muy desarraigada, con padres divorciados». Autoconfesó traumas personales acaso incrementados al resultar inviable lo suyo con Don Felipe. Ella fue su gran amor juvenil, la pasión entonces irrefrenable y ahora apaciguada. «Con los Príncipes de Asturias mantengo una relación estupenda», comenta, y mientras hablamos, se le va el tuteo a Doña Letizia «con la que me veo más de lo que piensan».

Hoy inicia el curso contando cómo la angustia nos lleva a la glotonería, o lo que es lo mismo, la comida como estímulo revitalizador. Próximamente afrontará temas como la emigración, la ludopatía y el sexo, tema este último que igual sobrevuela para no detallar más de lo permisible.

A los 45 años que no aparenta y con ocho kilos menos, cuerpazo y piernas envidiadas, anda animada y feliz. Continúa, eso sí, con ese estilo desenfadado y personal siempre impregnado de ese chic genético, a fin de cuentas es hija de quien fuera marqués de Mariño, que dejó viuda a Nora de Liechtenstein. Su madrastra fue quien la impulsó en esta aventura televisiva. De fotogenia impactante, habla con sentido del ritmo ante la cámara, ya domina la mecánica y comunica con encanto, firmeza y convicción. Todas las cadenas querían contratarla, «pero he permanecido fiel a Susanna Griso», que fue su descubridora en esta faceta hasta ahora inédita en una mujer no sé si tímida o acomplejada. Ya no escapa de los paparazzi, los admite aunque no le guste consciente de que es persona y personaje.

Otros, como Juan Peña, van como alma en pena. El ex de Eva Zaldívar perdió seis kilos tras ser abandonado. La ex de Pepe Navarro encuentra estabilidad y firmeza en Jesús Cabanas, hasta ahora esposo de Marta Sánchez y padre de su niña. Un roto para un descosido, el galán parece libertado. Porque Marta tiene genio incluso fuera del cante, lo suyo es grande.