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ETA usa la «kale borroka» para lanzar una amenaza por el parón del «proceso»

La Razón
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MADRID- ETA ha retomado el mando, no porque lo haya dejado de tener, sino porque sus cabecillas consideran que las «nuevas circunstancias» requieren un mayor protagonismo de la banda. La preocupación con la que reacciono ayer la llamada «izquierda abertzale» (Batasuna) a los ataques de «kale borroka» que se produjeron el lunes por la noche en Bilbao, demuestran, en opinión de expertos consultados por LA RAZÓN, que sabe que se ha acabado el plazo que jefes etarras les concedieron para que llevaran adelante dicho «proceso».

Era cuestión de tiempo que el terrorismo callejero volviera a las calles del País Vasco, una vez que el Gobierno del PP dejó claro que se había acabado el «proceso», con lo que conllevaba de conculcación del Estado de Derecho. El sábado fueron detenidos en Francia tres etarras en una operación de gran importancia, ya que aportó la prueba de que la banda se está reorganizando. El diario «Gara» y la «izquierda abertzale» se emplearon en restar importancia al asunto y al material que se les incautó, pero resultó un intento fallido.

Para colmo de desgracias (de los proetarras), el lunes por la noche, veinte encapuchados prendieron fuego a varios contenedores en Bilbao, tras una manifestación en protesta por dichos arrestos. Resulta impensable que estos individuos actuaran espontáneamente. El terrorismo callejero siempre ha sido controlado por ETA y eso lo saben, no sólo los agentes de las Fuerzas de Seguridad, sino también los dirigentes de Batasuna. Los encapuchados, según los primeros datos recabados por la Ertzaintza, cruzaron varios contenedores en la calle Gordoniz de Bilbao, los rociaron con líquido inflamable, les prendieron fuego y huyeron del lugar.

El consejero de Interior del Gobierno vasco, Rodolfo Ares, mano derecha del lendakari Patxi López, hizo unas declaraciones en las que recordó que «ha quedado constatado muchas veces que, cuando los responsables de los radicales abertzales no quieren, no se produce ningún tipo de incidente». A este respecto, pidió a los responsables de Bildu y Amaiur y a los autocalificados dirigentes de los radicales abertzales, a expresar su rechazo rotundo a los incidentes (así los llamó).

Dicho y hecho. Batasuna, a través de un comunicado, subrayó que los «sucesos», «además de ser incompatibles con la estrategia de la izquierda abertzale, no hacen sino fortalecer la posición inmovilista de los Estados». Agregaba que, en un contexto en el que la sociedad vasca reclama «de forma absolutamente mayoritaria la superación de la confrontación violenta y el fin de la vulneración de derechos, la actividad represiva y actos como los Bilbao están fuera de lugar». Pello Urizar, el secretario general de Eusko Alkartasuna llegó a negar la evidencia. Dijo que no se podía hablar de «kale borroka» y confesó que reforzar «lo que ocurrió en Bilbao no es nada beneficioso».

Claro que los proetarras no se iban a limitar a «reprender» a los «borrokeros», sino que aprovecharon la ocasión para criticar «nuevamente la actitud de los Estados español y francés, al mencionar como ejemplo las últimas detenciones y condenas de marcado carácter político». En una palabra, que las Fuerzas de Seguridad deber permanecer inactivas, y los tribunales, repartir absoluciones.

«En este nuevo tiempo político que se ha instalado en Euskal Herria tras el fin definitivo de la actividad armada de ETA, la respuesta de Madrid y París sigue siendo más represión, más bloqueo, dando la espalda a la mayoría social y política de Euskal Herria que demanda soluciones urgentes en clave de proceso». Y concluían con un advertencia: los Estados «solo modificarán su estrategia represiva y su actual prolongación del bloqueo en la medida que esta mayoría social y política vasca siga siendo capaz de hacer frente al inmovilismo».

 

Ocho identificados en Bilbao
La Ertzaintza ha identificado a un total de ocho personas por los actos de «kale borroka» registrados en Bilbao la noche del lunes, según el Departamento vasco de Interior. Los incidentes tuvieron lugar en el barrio bilbaíno de Rekalde al término de una manifestación en protesta por la detención de tres miembros de ETA. Un grupo de encapuchados que portaba garrafas con líquido inflamable prendió fuego a dos contenedores y trató de hacer lo mismo con otros cuatro. La Ertzaintza identificó a ocho personas y procedió a abrir diligencias penales por desórdenes públicos.