Casillas arropado por el equipo

Por la tarde, menos fría que las dos anteriores, sesión a puerta cerrada. Del Bosque oculta sus cartas. Mantiene la duda que él no ha creado sobre la alineación inicial de Cesc o la posibilidad de recuperar con Villa y Torres y el 4-4-2, con un solo pivote. Hoy, ya en Johannesburgo, seguro que tampoco ofrecerá pistas, pero no piensen en revoluciones. Queda, por tanto, elucubrar, como en tantos y tantos aspectos de esta concentración donde el veneno brota de los cuatro puntos cardinales sin que al grupo le afecte, en teoría, la intoxicación. Y Casillas, en este sentido, es uno de los señalados, diana del papel cuché, al que le importa una higa el Mundial, el fútbol y el deporte. Pero hay carnaza y especies para condimentarla. Por ejemplo, después del gol de Suiza la conclusión más frívola y miserablemente extendida es que el portero español está distraído. Semejante estupidez no merecería una línea si no fuera por la tinta que se ha desbordado. Poner coto al desmán resultaba, si no perentorio, sano, y Raúl Albiol explicó ayer en conferencia de prensa cómo se encuentra su compañero: «Iker tiene mucha personalidad y experiencia, y la cabeza muy bien sentada. Sabe cuál es su trabajo, y lo que le importa es ganar el Mundial. Sabe que es el capitán, un jugador clave, y el resto, lo que tú has dicho, son bobadas. Lo apoyamos en todo lo que necesite». En la comparecencia diaria ante la Prensa, Albiol estuvo acompañado por Fernando Torres, la sensación española en Suráfrica. Seguro que también por sus manifestaciones: «No nos volvamos locos. No vamos a cambiar nuestro estilo. Moriremos con nuestras ideas». Piensa que modificar la esencia del fútbol de «La Roja» no alteraría los resultados. «Alemania maravilló en el primer partido y perdió el segundo; Inglaterra no arranca... Esto está muy igualado». Sobre su posible titularidad frente a Honduras, apunta: «El míster no ha dado ninguna pista. Lo importante ahora es mantener la unión del grupo y hacerlo más fuerte». Sobre el traspié inicial, Albiol extrajo una consecuencia positiva: «Mejor tener el mal día al principio, cuando aún hay remedio». La clave de aquella pesadilla, tanto para Albiol como para Torres es que «se crearon ocasiones y no se materializó ninguna». «Os ha pasado dos veces en un año, contra Estados Unidos y Suiza. No creo que ocurra más. Sólo nos faltó marcar y el fútbol, ya se sabe, son goles», concretó «El Niño», que puede ser titular.