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El accidente del tren de Buenos Aires deja 12 personas desaparecidas
¿Cómo pueden perderse doce pasajeros? Mientras los argentinos todavía intentan digerir la tragedia, algunos familiares buscan desesperados a sus seres queridos. Una docena de personas desaparecieron misteriosamente durante el fatídico viaje del tren Sarmiento, que acabó con la vida de 50 pasajeros y dejó un rastro de más de 700 heridos, 200 de ellos en estado crítico.
Hay casos inquietantes como el de Víctor, que viajaba con su mujer en el segundo vagón y tras la colisión del tren contra el andén de la estación de Once, en Buenos Aires, nunca la volvió a ver. Visiblemente enfadado discute con un representante del gobierno "Soy de Salta –norte del país- pero no me puedo mover sin ella, no puede ser que no la encuentre, como le digo a sus padres"comenta a LA RAZÓN.
Hay más historias. Estela está a punto de dar a luz y no encuentra a su marido. La joven buscó a Alberto David García por todos los hospitales a los que fueron derivados los heridos y hasta lo intentó identificar en las morgues.
En su conmovedor relato, Estela nos cuenta que ya no sabe por dónde buscarlo. "En el Hospital Ramos Mejías me dijeron que no podían darme información, pero que me quedara tranquila porque no lo atendieron", asegura.
Rastrea junto a su suegro los hospitales, la morgue judicial y el Cementerio de la Chacarita. Al cierre de esta edición, no había noticias de su paradero. "Es una impotencia terrible. Quiero saber dónde está", agrega.
En la morque ya no quedan cadáveres sin identificar. Según los psicólogos especializados en tragedias consultados por este diario, los desaparecidos podrían estar deambulando en estado de shock por Buenos Aires, sin noción del tiempo. Este estado de "sonambulismo"puede prologarse hasta 48 horas después del accidente.
Como en otros "desastres"ferroviarios de la historia argentina, nadie quiere asume responsabilidades. Ayer se abría la caja negra del tren Sarmiento y se esperaba el testimonio clave del maquinista, que se recupera favorablemente.
Roque Cirigliano, director de material rodante de la empresa responsable de la línea Ferroviaria, TBA, recorrió la estación Once, donde se retiró en medio de insultos de los pasajeros. Dijo que el servicio del Sarmiento "es aceptable"y analizan un posible "error humano".
Desde el Gobierno se optó por una "actitud salomónica". El Estado argentino se presentará como querellante pero no retirará la licencia, ni reducirá los millonarios subsidios destinados a la empresa.
La tragedia de Once se enmarca en un escenario ferroviario crítico, tanto por el estado que reviste la infraestructura, como por las condiciones operativas en que se prestan los servicios.
Más allá de las causas que provocaron el accidente y el papel que le corresponde a la concesionaria privada TBA, los principales responsables por el deficitario estado de los ferrocarriles son los funcionarios del Gobierno nacional que tienen a su cargo la ejecución de política de transporte.
A contramano de la falta de recursos para inversiones, los desembolsos estatales para los subsidios tarifarios no pararon de crecer durante la gestión kirchnerista. En 2011, los subsidios para mantener los boletos congelados de todos los trenes del área metropolitana, superaron los 450 millones de euros.
La historia ya la conocemos en la Argentina. Unos días de ruido, ningún culpable en la cárcel y las cosas seguirán igual: la gente viajara como ganado en los trenes argentinos jugándose la vida a bordo de vagones de hojalata. Mientras, los empresarios amigos del gobierno K, seguirán enriqueciéndose.
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