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«La JMJ de Madrid fue una medicina contra el cansancio de creer»
Benedicto XVI ha asegurado que "la magnífica experiencia"de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que tuvo lugar del 16 al 21 de agosto en Madrid, fue "una medicina contra el cansancio de creer"y "una nueva evangelización vivida", durante su discurso de Navidad dirigido a los miembros de la Curia Romana este jueves en la Sala clementina del Vaticano.
En este sentido, el Pontífice ha declarado que en este final de año, Europa "se encuentra en una crisis económica y financiera que, en última instancia, se funda sobre la crisis ética que amenaza al viejo continente".
Así, ha subrayado que en Europa "no sólo los fieles creyentes, sino también otros ajenos, observan con preocupación cómo los que van regularmente a la iglesia son cada vez más ancianos y su número disminuye continuamente"y "cómo hay un estancamiento de las vocaciones al sacerdocio"al mismo tiempo que "crecen el escepticismo y la incredulidad"en el viejo continente.
Por ello, ha declarado que "el núcleo de la crisis de la Iglesia en Europa es la crisis de fe"y ha advertido a los cardenales del Vaticano que "si no se encuentra una respuesta a ella, si la fe no adquiere nueva vitalidad, con una convicción profunda y una fuerza real gracias al encuentro con Jesucristo, todas las demás reformas serán ineficaces".
No obstante, ha destacado que "cada vez con más claridad se perfila en las Jornadas Mundiales de la Juventud un modo nuevo, rejuvenecido, de ser cristiano"ya que en todo el mundo "hay una nueva experiencia de la catolicidad, de la universalidad de la Iglesia"que "es lo que ha impresionado de inmediato a los jóvenes y a todos los presentes"en la JMJ de Madrid.
Voluntarios
Asimismo, el Pontífice ha subrayado que el encuentro con voluntarios en el IFEMA de Madrid el pasado 21 de agosto fue "una de las experiencias más importantes de aquellos días"ya que "eran alrededor de 20.000 jóvenes que, sin excepción, habían puesto a disposición semanas o meses de su vida para colaborar"con la JMJ.
En este sentido, ha precisado que estos jóvenes "habían ofrecido en la fe un trozo de vida"porque "querían ser perfectos"y "no miraban atrás,a sí mismos"y ha declarado que estos jóvenes "han hecho el bien simplemente porque hacer el bien es algo hermoso, es hermoso ser para los demás"y ha recordado que "tan sólo se necesita atreverse a dar el salto".
Además, el Papa ha declarado que también en el encuentro con jóvenes discapacitados en la fundación de San José el pasado 20 agosto encontró "la misma generosidad de ponerse a disposición de los demás, una generosidad que nace del encuentro con Cristo que se ha entregado a sí mismo por nosotros".
Vigilia de Cuatro Vientos
Por otra parte, ha recordado la vigilia de Cuatro Vientos, donde "tras el temporal que amenazaba con estropear todo el encuentro nocturno, al no funcionar los micrófonos"vió cómo los jóvenes "respondían con un intenso silencio"durante la adoración eucarística, que también vivió en su viaje a Reino Unido en el año 2010.
Según ha explicado el Papa,la adoración eucarística "es ante todo un acto de fe"porque "Dios no es una hipótesis cualquiera, posible o imposible, sobre el origen del universo"sino que "él está allí"y ha declarado que "si El está presente la razón, la voluntad y corazón se abren hacia El y a partir de El".
Finalmente, Benedicto XVI ha destacado que uno de los aspectos de la espiritualidad de las Jornadas Mundiales de la Juventud es "la alegría"que viene "de la certeza que proviene de la fe"de que el hombre "es amado"y ha destacado que esta alegría proviene también de la certeza de que cada persona "tiene un cometido"y es "aceptada".
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