Baloncesto

Londres

Sterbik no gana para sustos

España se sobrepone a la lesión de su portero y derrota a Serbia

Sterbik no gana para sustos
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Londres- Sterbik estaba siendo una pesadilla para su ex selección. Seis paradas de diez llevaba ante Serbia en el estreno de España en los Juegos. Pero la siguiente acción la dejó pasar. No hizo nada por detener la pelota, se quedó parado, de espaldas, porque había notado algo en el gemelo derecho. Todos sus fantasmas aparecían de repente. Otra vez lo mismo. En su primer gran torneo con España, el Europeo de 2010, aguantó dos minutos antes de sufrir una rotura de fibras que le dejó fuera. El campeonato continental de este mismo año también se lo perdió por una arritmia cardiaca. Sólo pudo jugar el Mundial del curso pasado (bronce). Fue un golpe para él, otro para España y uno tercero para Hombrados, que entró frío y no vio ni una en la primera mitad. «La Roja» terminó 14-10 abajo.

Costó digerir el percance del portero. Mientras Sterbik se probaba en el descanso, Valero Rivera daba instrucciones en el vestuario. Ya se sabe que la filosofía del seleccionador nacional es que los equipos se arman desde la defensa. Y España empezó a defender, con la colaboración de Hombrados, extraordinario tras el descanso. Sterbik incluso quiso salir unos minutos para ver cómo se encontraba, pero su compañero estuvo tan bien que se aguantó. La Selección aumentó su agresividad y empezó a robar pelotas y a contragolpear. Porque defender bien es también atacar fácil. «España, España», gritaba el pabellón para «marcar» un par de goles más. «He alucinado, acostumbrados a estar en minoría en la grada, Londres parecía nuestra casa», dijo Maqueda, uno de los protagonistas.

Robo a robo, España empezó a remontar de forma espectacular. Encajó 14 goles en la primera parte y sólo siete en la segunda. Celebró el triunfo en el centro del campo, haciendo una piña, Sterbik entre ellos dando saltitos. «Me encuentro bien, dicen que es un tirón y tengo dos días para recuperarme, aunque veremos la resonancia», decía Arpad. Hoy se hará pruebas para saber hasta dónde llega su mala suerte.