Gran fiesta de Zara en Manhattan

De momento, se desconoce cómo irán las ventas de la tienda de Zara que acaba de inaugurar en el número 666 de la Quinta Avenida. Pero, está claro que saben cómo hacer una fiesta de inauguración.

Era donde había que estar en Manhattan el miércoles por la noche. Y fue mejor que el que no consiguió invitación o fracasó en el intento de colarse cruzase el puente y se fuese a cenar a Brooklyn. Cualquier cosa antes que reconocer que se estaba en Manhattan, pero no se pudo ir a esta fiesta.

Cuatro camareros recibieron a los invitados con bandejas de champagne Veuve Clicquot y cócteles. Por supuesto, todos y todas eran guapísimos, altísimos y amabilísimos, lo cuales atendieron a los asistentes en las tres plantas del edificio con su servicio de bebidas y aperitivos exclusivos. Uno de los que tuvo más éxito fue el de mousse de brócoli.

De esta forma, se distribuyeron por el establecimiento que se ordena funcionalmente en torno a dos largos ejes, "pasarelas", que conducen a espacios individualizados o "cubos"en cada lateral. Allí, se pudieron ver las distintas colecciones.

Muchos degustaron los aperitivos sentados en los sillones de la tienda, cuyas maderas del mobiliario se han terminado en texturas que recuerdan a tejidos como el lino o la seda.

A la celebración, acudió, entre otros, el diseñador cubano americano Narciso Rodríguez, la modelo polaca Kasia Struss, el prestigioso fotógrafo del New York Times Bill Cunningham, el arquitecto Rafael de Cárdenas, la directora interina de la Cámara de Comercio de España en Nueva York Raquel Díaz, y, por supuesto, toda la plana mayor gallega de Zara.

A ellos, sólo les preocupaba una cosa: las ventas. Poco después de empezar la fiesta, lo reconocieron entre ellos: "es una gran fiesta, pero creo que hoy no vamos a vender nada". Todavía así, los cajeros, vestidos impecables, sonrieron a los invitados por si acaso querían comprarse algo. Todo amenizado por la banda de rock indie "The National".

De esta forma, se estrenó la tienda más grande en Estados Unidos. No es la primera de Zara en la Quinta Avenida, aunque la antigua será a partir de ahora de Massimo Dutti, la marcas de Inditex de ropa de caballero.

El establecimiento, ubicado en el edificio Tishman, encuentra su lugar en la prestigiosa Quinta Avenida, una de las arterias comerciales más importantes del mundo. Sobre todo por los turistas que se desplazan a la urbe neoyorquina a la caza de las mejores ofertas.

Es precisamente la Quinta Avenida la que tiene la fama. Pero, en realidad es Avenida Madison, donde están los grandes establecimientos de prestigio. Entre ellos, destaca el de Valentino, Carolina Herrera, Versace o Armani.

Todavía así, la nueva tienda de Zara saca pecho entre sus vecinos como Bulgari, Cartier o Tifanny´s. Puede presumir de se la más grande de la cadena en Estados Unidos. Con más de 3.000 metros cuadrados de superficie distribuidos en tres plantas, 450 personas atenderán al público, atraído por sus cinco escaparates y su fachada de más de 23 metros.

De forma oficial, han declarado que no les importa tanto las ventas como cuidar la que será su tienda buque insignia. Pero, nada más lejos, a los empleados les han puesto unos objetivos tan complicados que muchos no sabían si querían empezar a trabajar, a pesar de tener que hacerlo en un lugar basado en los principios de belleza, claridad, funcionalidad y sostenibilidad.