Crisis del PSOE

OPINIÓN: Propuesta fuera de lugar

La Razón
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LLa supresión de las Diputaciones provinciales -tal y como ha dicho el candidato socialista, Sr. Rubalcaba- sin ofrecer ninguna alternativa, no es más que una declaración de relleno en un momento político en el que cualquier frase que suene a reducción de la administración, y por ende del gasto público, concita el interés general y, sin duda, la aprobación de casi todo el cuerpo electoral. El problema real no se puede abordar analizando sólo una de las caras de la compleja administración española.
La reforma de la administración española requiere abordar varias cuestiones simultáneamente. En primer lugar, es preciso definir cuáles son las competencias mínimas que cada nivel de la administración debe desarrollar así como garantizar los tributos suficientes para poder llevarlas a cabo. En segundo lugar, con esa distribución de competencias han de evitarse duplicidades, de modo que no se pueda dar el caso de que el municipio, la comunidad autónoma o la administración general del estado presten al ciudadano un idéntico servicio, como actualmente ocurre. En tercer lugar, debe avanzarse en el estudio tranquilo de la reducción del elevadísimo número de municipios españoles –que no pueden subsistir sin el apoyo de otras administraciones de mayor ámbito territorial (Comunidades Autónomas o Diputaciones provinciales). En un momento como el actual, también es imprescindible un control del gasto público, para lo que es preciso fijar los límites del mismo. Por último, otra cuestión que hay que abordar es la puesta de la administración al servicio de los ciudadanos, simplificando su gestión, actuando para ello con las reformas legales que sean necesarias.

Por lo tanto, no parecen adecuadas las declaraciones del Sr. Rubalcaba ni en la forma, por cuanto no plantea el alcance comentado; ni en el tiempo, después de casi ocho años de gobiernos en los que él tomó parte activa y pudo plantear estas cuestiones para ser abordadas de manera coherente. Definitivamente, y aunque la criticada supresión podría tener cabida, no desde luego en la forma propuesta ni mucho menos en el momento político en el que nos encontramos.