Bilbao
Niños «rotos» el lado oscuro de internet
Internet se ha convertido en una herramienta imprescindible, sobre todo entre los adolescentes. Si no eres miembro de una red social (o de varias), si no usas el messenger (mensajería virtual instantánea) y si no compartes con tus amigos tus fotos, aficiones, preocupaciones y sitios de ocio no eres nadie. Ésta es una de las grandes virtudes de la red y uno de sus grandes peligros.
Como se puso de manifiesto ayer en una conferencia de prensa conjunta entre Guardia Civil y Policía, con motivo del Día de Internet Seguro, los delitos relacionados con menores en internet se están multiplicando de forma exponencial y eso genera consecuencias graves para los niños, que cada vez sufren más las consecuencias de actividades como el «grooming», «sexting» o «ciberbullying» y que, como consecuendia de ello, ha aumentado notablemente el número de menores que recurren a profesionales médicos para tratar de superar el trauma sufrido.
Otra realidad preocupante es la edad de las víctimas, que son cada vez más precoces. A pesar de que sólo los mayores de 16 años pueden crearse un perfil en las redes sociales, se han detectado casos de víctimas de tan solo nueve años. Eduardo, miembro de la Brigada de Investigación Tecnológica de la Policía, explicó que esta precocidad tiene que ver con la aparición de la sexualidad, cada vez a edades más tempranas. En cambio, matizó que no es lo más habitual y que la edad media de las víctimas se sitúa entre los 13 y 17 años.
Durante la comparecencia quedó clara la preocupación de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. «Por el tipo de delito, es muy difícil que los menores denuncien, lo que indica que hay una bolsa de criminalidad oculta muy importante», dijo un portavoz de la Jefatura de la Policía Judicial y del Grupo de Protección del Menor de la Guardia Civil.
Los jóvenes no se atreven a contarles a sus padres lo que ocurre por miedo a que les quiten la cuenta de correo electrónico y caen en una peligrosa espiral de la que no puede salir.
Ambos agentes hicieron hincapié en la gravedad de los delitos cometidos en la red, que son «muy crueles». Por ello, pidieron a los padres que enseñaran a sus hijos a hacer un uso responsable de la red y a controlar lo que hacían frente al ordenador o con el móvil.
Preguntar y controlar
Además de recordar la importancia de instalar programas de control parental, firewall o antivirus, pidieron a los progenitores que controlen a sus hijos tal y como hacen cuando salen a dar una vuelta. «Hay que preguntarles lo que han hecho y con quién han estado, igual que cuando vienen de la calle», afirmaron.
«No vale justificar que se encierra en la habitación porque está en plena adolescencia. Hay que intervenir y conseguir que se haga un uso racional de internet y ubicar el ordenador en una zona común de la casa», recomendaron. En el caso de que detecten alguna irregularidad, deben ponerlo en conocimiento de las autoridades porque, de lo contrario, no podrán poner fin a la extorsión. De hecho, sólo puede empeorar la situación. El año pasado, un padre intervino y ofreció dinero para acabar con el acoso y el resultado final fue que perdió más de 30.000 euros y no logró sus objetivos.
A pesar de que en los últimos años se ha reforzado la lucha contra estos delitos y se ha multiplicado la información a todos los niveles, las mismas fuentes indicaron que desde el punto de vista judicial sigue habiendo algunas lagunas importantes. Una de ellas es la reciente reforma del Código Penal, que ha aumentado las penas por contactar con menores a través de internet y a los que se acercan a ellos mediante coacción, intimidación o engaño.
En opinión del representante de la Guardia Civil, «el problema es que (la reforma) sólo afecta a aquellos que afecten a menores de 13 años y la mayoría de las víctimas son adolescentes.
Somos el país con la edad de consentimiento más baja de Europa». Así quedan fuera muchos delincuentes, como el del hombre de 33 años que violó a una menor gaditana de 16 años, con la que contactó a través de la red social Tuenti.
En el ámbito judicial, también se producen contradicciones y en función del magistrado puede que no sec considere abuso sexual cuando se obliga a una menor a desnudarse», dijo.
Tipos de delitos
En cuanto a la tipología de los delitos, no ha cambiado. Durante el año pasado, la Policía resolvió 32 casos de «grooming» –acoso para obtener fotos o vídeos del menor desnudo o incluso llegar a abusar sexualmente de él–. Es la más habitual entre pederastas: contactan con los menores a través de una identidad falsa, se ganan su confianza y les convencen para que les manden material comprometido con el que luego lo extorsionar. No tienen escrúpulos, no les importa el daño o traumas que puedan causar y no paran hasta que no son detenidos. Un claro ejemplo es el de la «operación Criteri», en la que un hombre acosó a 50 menores de Suecia y Letonia. Uno de ellos, le dijo al acosador que se iba a suicidar. Al final, el menor cogió la pistola de su abuelo y se quitó la vida.
La mayor operación contra «grooming», denominada «Camaleón», finalizó también con la detención del responsable. En esta ocasión, el número de víctimas ascendió a 250, de las que sólo habían denunciado tres de ellos. Una de ellas fue la que permitió la intervención policial.
Otra modalidad es el «sexting», basado en la realización y envío de fotografías comprometidas a través del móvil u otros dispositivos. El riesgo es que el material caiga en manos de cualquiera, por accidente o de forma intencionada, y pueda hacerlas públicas.
Finalmente, el «ciberbullying» es el traslado a la red de los conflictos escolares conocidos como «bullying (acoso escolar)». Insultos y vídeos de peleas son los más habituales.
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