Ahora Madrid

Salvar la Diagonal

La Razón
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Con idéntico título encabecé una columna hace un tiempo, para reclamar la tercera opción C: dejar la Diagonal con su actual estructura. En aquel momento, se pretendía escamotearla reduciendo la consulta a los dos inventos municipales, a cual peor. Ahora, conseguida la tercera opción hemos de votar por ella.La Diagonal, con su calzada central flanqueada de boulevares y sus calzadas laterales para distribuir el tráfico por las calles que la cruzan, está perfectamente concebida para su función de vía rápida y paseo del Ensanche, ya planificada por Cerdà. Ante las quejas sobre el tráfico y el espacio de las aceras, recordaré que no es ni más ni menos que el de la Gran Vía.En realidad, el origen de todo esto radica en el negociete de unir el tranvía de Francesc Macià con el del Besós ¡y caiga quien caiga!; o sea, meter el flujo del tráfico en inverosímiles itinerarios por calles que no pueden tragar más vehículos. Sacamos el tráfico de la vía con más capacidad para meterlo en calles más pequeñas y oblicuas, con lo que se alargan los trayectos y aumenta la polución.La Diagonal, en su calzada central, es utilizada fundamentalmente para salir y entrar en la ciudad o para ir a las zonas universitarias, deportivas y hoteleras de la parte alta de esta vía. Para los trayectos cortos los autobuses, que proceden muchas veces de calles adyacentes, son más que suficientes. Lo único que sobra en esta avenida es el pegote del carril bici comiéndose el espacio de las aceras correspondiente a los peatones, y falta un adecuado mantenimiento y un túnel bajo Francesc Macià.