Bilbao

De lectores y electores por Iñaki EZKERRA

De izquierda a derecha, Isabel Tocino, Jaime García Legaz y Elvira Rodríguez, entre otros
De izquierda a derecha, Isabel Tocino, Jaime García Legaz y Elvira Rodríguez, entre otroslarazon

Cuando un candidato político decide publicar un libro en vísperas de unas elecciones se facilita, por un lado, el camino, porque da a conocer sus ideas, sus sueños, sus proyectos, sus principios y valores, pero se le dificulta, por otro, porque a partir de ese momento tiene que ganarse doblemente a lectores y electores. Y éste es el caso de Mariano Rajoy y de su libro, que lleva un título –«En confianza»– que apela a un concepto del que andamos muy necesitados los españoles. Confianza en quien nos gobierna, confianza en nuestro país para superar la crisis, confianza en nosotros mismos.

Con la primera persona con la que me encontré en la presentación del Hotel Intercontinental fue con el actor Pepe Sancho, que estabacon su mujer, Reyes Monforte, y quien me dio una frase para la posteridad que tiene mucho que ver con la confianza precisamente: «Tengo ganas de ver al gobernante gallego, del que no se dude si va o viene, sino que se sepa que va y adónde va».

Portada vasca
El segundo encuentro que tuve fue capicúa, por lo que pensé que me traería suerte. Fue con Alfonso Ussía y Alfonso Alonso, el antiguo alcalde de Vitoria, que ha cambiado Génova por Álava. Y para cubrir la representación de mi tierra, me encontré acto seguido con Antonio Basagoiti, que había venido conduciendo su propio coche desde Bilbao –porque los de Bilbao somos así–, y que me hizo reparar en que la portada del libro era absolutamente vasca, porque la foto en la que posa está sacada en la playa de Zarauz y se distingue al fondo el islote que llaman el «ratón de Guetaria».

Entre el tumulto del público asistente me encontré con muchas de las caras del aznarismo y del esperanzismo, empezando por el propio José María Aznar y la propia Esperanza Aguirre.Estaban por allí Ángel Acebes, Ana Pastor, José María Michavila, Pío Cabanillas, Gabriel Elorriaga y Luis Ramallo, el legendario látigo de Felipe González. No faltó Ana Botella, que fue una aznarista «privada», porque habría quedado mal en tiempos de Aznar serlo en público, y que ahora es marianista. También Rita Barberá, Alberto Ruiz-Gallardón, Esteban González Pons, Gustavo de Arístegui, Javier Arenas...

Entre las grandes fortunas y empresarios no faltaron el presidente de Acciona, José Manuel Entrecanales; Juan Miguel Villar Mir; la baronesa Carmen Thyssen; el presidente de Enagás, Antonio Llardén; el presidente de Sacyr, Luis del Rivero, y el presidente del Atlético de Madrid y productor cinematográfico Enrique Cerezo.

Del mundo de la comunicación estaban Mauricio Casals, presidente de LA RAZÓN; el vicepresidente de Antena 3, Maurizio Carlotti y el director general de Antena 3, Javier Bardají.
De la vida social reconocí a Enrique López, el eterno boicoteado por el PSOE al Consejo General del Poder Judicial, y a María José Navarro, que se debatía en la duda existencial de si había acudido al acto o no el juez Garzón. Estuve un rato buscándolo con ella, pero quizás tanto éxito de Mariano era mucho pedir.

La originalidad de la presentación residió en que después de la intervención de Carlos Revés, en representación de Planeta, quienes tomaron la palabra no fueron personas conocidas, sino una trabajadora social,una empresaria de galletas que había triunfado después de un fracaso inicial (un ejemplo de una constancia que debería estar bien vista en política), y una consultora de calidad y medio ambiente, a la que Rajoy había conocido en el programa televisivo «Tengo una pregunta para usted». Parece evidente que lo que se buscaba con esas intervenciones era que el acto tuviera una representación de la sociedad española.