Alarte critica en Madrid la política de gasto del Consell

El candidato del PSPV a la presidencia de la Generalitat, Jorge Alarte, aseguró ayer que las cuentas del Gobierno valenciano se encuentran en situación de «alarma» porque no pueden pagar «ni los sellos» y «sin una operación de saneamiento es imposible plantear ninguna otra política».

En un desayuno informativo organizado por Nueva Economía Fórum, en el que fue presentado por el vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, y al que asistió la ministra de Sanidad, la secretaria de Relaciones Internacionales, y el presidente de la FEMP, Alarte se mostró confiado en que Zapatero participe en su campaña y dijo que se siente «muy orgulloso» del jefe del Ejecutivo.

Precisamente, al ser preguntado por el proceso de primarias en el PSOE, dijo que no está en ese proceso sino en el de la sustitución del presidente de la Generalitat, Francisco Camps, y añadió que ningún valenciano entendería que se hablara de la sucesión de Rodríguez Zapatero con lo que está pasando en la Generalitat, por lo que dijo que no se cuente con él para hablar de eso, que es «para el verano».

Alarte se comprometió a implantar un «estricto control» del gasto público, y anunció que va a llevar a cabo en la Generalitat una «política de saneamiento» para generar «riqueza real», por lo que reestructurará el sector público empresarial, que «comprometen 3.573 millones de euros de todos los valencianos», el presupuesto consolidado de la Generalitat.

Por su parte, el vicepresidente Rubalcaba dijo que, a diferencia de Mariano Rajoy, él sí sabe quién es el candidato del PSPV-PSOE a la presidencia de la Generalitat, Jorge Alarte, y criticó que algunos usen «la desmemoria colectiva para el escapismo político», en referencia a la inclusión de Ricardo Costa en las listas del PP en Valencia. «A mí no me pasa como a Rajoy con alguno de los suyos. Yo sí conozco a los míos. Insistió en que la declaración de Rajoy no es una obviedad en una época en la que «algunos han descubierto la utilidad de la desmemoria como herramienta de escapismo político».