Sevilla
El espíritu navideño une a Zapatero y Rajoy en la defensa de España
Aires de concordia. El espíritu navideño llegó por fin al viejo Palacio de San Jerónimo. Cualquiera que no haya asistido a los tensos debates de los últimos dos años hubiera dicho ayer que en este país Gobierno y oposición trabajan juntos por la salida de la crisis. Nada que ver con la realidad.
Todo lo contrario: tensión, bronca, desacuerdo… Pues ayer, de repente, la dureza, la crítica y la divergencia viraron hacia el encuentro cuando Mariano Rajoy le planteó a Zapatero la necesidad de que los grupos políticos colaboren con el Gobierno para presentar las propuestas de España ante la UE. Será la Navidad, el miedo al abismo o la proximidad de la alternancia. A saber. Pero se escuchó, por primera vez en muchos meses, un discurso unitario y, quizá premonitorio de algún contacto entre el jefe del Gobierno y el de la oposición para dar cuerpo a este espíritu de «euroacuerdo» que planeó en la última sesión de la Cámara Baja de 2010. Si habrá o no encuentro o llamada telefónica entre ambos en los próximos días quedará en la escena de lo discreto o lo secreto.
Especulaciones aparte, Zapatero no pasó por alto en su intervención ante el pleno para dar cuenta del último Consejo Europeo, la influencia del espíritu navideño sobre los portavoces parlamentarios que subieron a la tribuna de oradores, y elogió concretamente la intervención «razonable y constructiva» del líder del PP al que urgió a buscar «puntos de encuentro» para salir de la crisis. Con anterioridad, Mariano Rajoy había ofrecido al Gobierno un acuerdo en materia económica para defender juntos «los intereses de España» ante la Unión Europea y conseguir así un mejor «marco financiero plurianual» para los próximos ejercicios.
Así que el presidente recogió el guante, se comprometió a crear una subcomisión en el Congreso para trabajar juntos en este objetivo, y le ofreció pactar una proposición no de ley con los aspectos fundamentales de la política del Ejecutivo ante la UE. Fue entonces cuando se detuvo en la importancia de defender «un proyecto común» dentro de la UE porque, según dijo, la contribución española a ese nuevo impulso económico necesita de «un mínimo acuerdo» para mejorar la productividad que ha tenido tasas muy inferiores a las del resto de mundo desarrollado entre el año 1995 y 2006.
«Responsabilidad colectiva»
Zapatero ampliaba así la responsabilidad del principal problema de la economía española a los gobiernos popular y socialista, argumento que le sirvió para reclamar un amplio acuerdo que sirva para mejorar esos valores. «La falta de productividad de España en los últimos años es la causa última de los desequilibrios que estamos tratando de corregir», dijo. Apeló pues a la «responsabilidad colectiva» para llegar a un acuerdo para los «próximos cinco años, que van a ser decisivos para la prosperidad y el bienestar de los españoles en el futuro. Necesitaremos cinco años para corregir los desequilibrios estructurales con gobiernos del color político que tengan. Es una tarea colectiva», remachó. Le faltó decir que el próximo Gobierno será del PP, pero no lo dijo. Hasta que ese momento llegue, sí reiteró que su Ejecutivo tratará de consolidar la estabilidad fiscal a largo plazo, dentro de la cual se encuentra la reforma de las pensiones. Y en esa materia pidió consenso para reformar el sistema de pensiones, elevar la edad de jubilación a los 67 años como Suecia y Alemania y crecer como esos dos países. Hoy el acuerdo entre PSOE y PP en este asunto parece estar mucho más cerca. De ahí que Zapatero aprovechara la ocasión para recordar a los grupos que si se hace una reforma «con el rigor y el alcance» necesarios se lanzará un mensaje de gran confianza hacia el futuro. No un mensaje de confianza para los mercados, aclaró, sino para los españoles más jóvenes, a los que se les garantizará que cada vez contarán con pensiones más dignas. Y es que recordó que los países que mejor están sorteando esta crisis, como Alemania y Suecia, fijaron hace años, con gobiernos socialdemócratas, una edad de jubilación fijada en los 67 años. «Si queremos ser y tener los resultados de Alemania y Suecia, ¿no debemos hacer los esfuerzos de Alemania y de Suecia como país? Sí», subrayó antes de instar a todos los portavoces a asumir que hoy son necesarias reformas, esfuerzos y grandes acuerdos.
Rajoy, por su parte, concluyó su intervención en el debate con una metáfora sobre los Juegos Olímpicos, en los que los pueblos griegos «dejaban a un lado sus querellas para disputar sólo en las pistas». Con ello puso en valor la adhesión conjunta al euro por encima de las diferentes políticas que promueven unos y otros partidos para acabar con la crisis y sentar las bases del crecimiento económico. ¡Viva el espíritu navideño!
El PP ya sólo piensa en las «primarias»
El Partido Popular cierra ya el curso político y el optimismo sobre las notas que han sacado, y sobre las que recibirán en las elecciones autonómicas y municipales, se respiraba ayer en la bancada popular. «Es que éstos [por el Gobierno] no pueden ser más desastre. Mirad lo que ha ocurrido con la Ley de Economía Sostenible. La niña bonita de Zapatero ha estado parada más de año y medio y al final les ha ocurrido como con todo, prisas de última hora y el desastre», comentaba un veterano diputado popular en alusión al «no» a la «Ley Sinde» de la mayoría de la Cámara. De aquí a la cuesta de enero sólo cabe esperarla resolución de la candidatura del PP de Asturias–a Cascos le dan por amortizado en Madrid, pero falta la comunicación oficial–, y la maquinaria popular echará a volar con la Convención que celebrarán en Sevilla los días 21, 22 y 23. El líder del PP pasará sus vacaciones navideñas en su tierra, Galicia, sin salto esta vez a Canarias, donde descansa largas temporadas su padre. Tendrá que coger fuerzas para lo que viene por delante porque le espera una precampaña y una campaña autonómica y municipal tan intensas como la de unas generales. En Génova no se cansan de repetir el mantra de que esos comicios de primavera serán unas «primarias» y confirmarán el cambio en España. «El PSOE se va a quedar sin poder territorial», dicen en el PP, informa C. Morodo.
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