Atenas
Quiñónez en la foto de Liu
Londres- Rompían a llorar los comentaristas chinos cuando Liu Xiang, su estrella, tropezaba en la primera valla de los 110. Sólo recorrió diez metros, la pierna derecha contra la madera y, de nuevo, la tragedia. Cayó al suelo el campeón olímpico de Atenas, que en Pekín, ya en los tacos de salida, se retiró por una tendinitis. Drama nacional. Tenía entonces 25 años y sus compatriotas confiaban en que cuatro después, en Londres, llegaría la recompensa. Liu cayó sobre el tartán, dolorido, en mitad de un clamoroso ¡oh! que se escuchó en el estadio. A la pata coja recorrió unos cien metros hasta la meta inalcanzable; de esta manera honraba a los Juegos.
El final de la triste actuación, quizá su última oportunidad en unos Juegos, recibió el aplauso del público, mientras dos compañeros le ayudaron a retirarse: el británico Turner, primero en la serie, y el español Jackson Quiñónez, que no dio la talla y sorprendió diciendo: «No había preparado en serio los Juegos». La pregunta es, ¿a qué vino? Xiang viajó a Londres para ratificar su mala suerte, la pena negra; Jackson, para hacer turismo, y salir en la foto, gracias al gafe que persigue al chino.
✕
Accede a tu cuenta para comentar