Más reformas por Javier Flores

Los últimos datos de déficit público, más allá de representar un incremento de más del 30% respecto al mismo periodo del año anterior y anticipar –al haber alcanzado en su último registro correspondiente al mes de mayo el objetivo marcado para todo el año– que España incumplirá el objetivo de déficit en 2012, evidencian además que la actual política contrae la actividad económica, aumenta el paro, ahonda en la recesión y dispara el déficit.

Las cifras absolutas resultan todavía más contundentes para mostrar la verdadera causa de la subida de la prima de riesgo y la desconfianza de los inversores al respecto de la sostenibilidad de las cuentas del Estado: durante los primeros cinco meses del año, frente a unos ingresos de 31.708 millones de euros, los gastos fueron de 68.072 millones de euros. Es decir, un gasto que duplica los ingresos.

Y, sin embargo, la solución no está en empeñarse en una subida de impuestos cuya capacidad recaudatoria sería incluso negativa, dada la actual coyuntura económica, ni tampoco en esperar que un generoso aval de Alemania nos permita seguir escondiendo la deuda con más deuda.

La solución pasa, necesariamente, por no insistir en convertir soluciones temporales, como las inyecciones de liquidez y otras medidas no convencionales desde el Banco Central Europeo, en permanentes, y atacar la raíz del problema con un calendario ágil y planificado de reformas que avancen al ritmo que la economía, y no de los políticos. Pasa también por reducir el tamaño del Estado, empezando por las partidas de gastos corrientes, plagadas de gastos superfluos y prescindibles que además no constituyen las tareas esenciales de gobierno (seguridad, educación, justicia y sanidad) y que ofrecen un amplio margen de ahorro a la vez que un efecto multiplicador moderado sobre el resto de la actividad económica.

Es o eso o emprender el camino que conduce a encontrarse con la realidad del bono basura.

Javier Flores
Responsable de Estudios y Análisis de Asinver