Ponferrada
Una película de buenos y malos por José CLEMENTE
Una treintena de chavales que dicen ser del 15-M, aunque dude que estén completamente seguros de su ubicación ideológica, se reunieron ayer ante la Delegación del Gobierno para arremeter contra Joaquín Bascuñana, por los abusos policiales sufridos por estos «angelitos» el pasado viernes en el Palacio de Justicia cuando fue a declarar el alcalde de Murcia, y posteriormente en Cartagena cuando trataban de evitar un desahucio de una familia en el barrio de Los Mateos. Todo falso de toda falsedad, como lo ocurrido en Valencia con el instituto Luis Vives, donde los agresores no fueron los servidores del orden, sino los desordenados y violentos manifestantes como se pudo ver después en toda la documentación aportada. Es, dicho en su propio lenguaje, más viejo que el mear. Me refiero, claro está, al conocido «agitprop» (agitación y propaganda) que usa la izquierda desde tiempos de la revolución bolchevique para acorralar argumentalmente siempre al adversario y hacer correr las consignas entre los partidarios. La Policía desplazada ese día a los juzgados tenía como principal misión separar a los partidarios del primer edil de aquellos otros que habían anunciado una cacerolada, que es la manera de denominar el alboroto callejero, los insultos y las agresiones a los agentes.
Pero estos acudieron al lugar con la lección bien aprendida, es decir, evitar enfrentamientos entre los dos grupos concentrados y facilitar la labor a los medios de comunicación, como así fue. El resto, puro cómic. Pura imaginación, calentura mental, pues es falso que sufrieran, como dicen, «diversas agresiones, amenazas e insultos por parte de numerosos agentes de la Policía Nacional». Y repito, falso de toda falsedad, una artimaña para sacar en los medios de comunicación un problema que sólo existe en algunas mentes calenturientas. La Policía cuando separa a dos grupos no se dirige a sus integrantes, uno por uno, pidiéndoles por favor que dejen de acordarse de la madre de su adversario, o que no impidan la libre circulación de las personas que van a los juzgados. No se dirigen de ese modo aunque tengan que aguantar escupitajos e insultos de todo tipo. Cumple con su misión que no es otra que separar a esos grupos con el fin de evitar enfrentamientos. No se paran a insultar, amenazar o agredir, ni que fueran radicales violentos. Bastante tiene con hacer su trabajo lo más impecable posible, porque sólo de esa actitud llega la felicitación del jefe, mientras que en caso contrario, como acusan falsamente los del 15-M, lo que les puede caer es la bronca, el expediente o la separación del Cuerpo, en función de la gravedad de los hechos. La Delegación de Madrid ha multado con 300 euros a los del 15-M que incumplieron el horario en Sol. A lo mejor deberíamos copiar esta película de buenos y malos.
En Murcia hace mucho calor y algunas mentes muy retorcidas sufren achicharramientos temporales. Nada grave, pero te altera la realidad de las cosas. Es lo que tiene la meteorología, pero nada más. Ahora esos chavales, mal aconsejados, amenazan con acudir a los tribunales para denunciar tal atropello a las libertades, pero se callan ante hechos como la agresión al alcalde de Ponferrada. ¿Por qué será?
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