Serafín Marín califica de «patética» la imagen que están dando los políticos catalanes al resto de España

“Toreado”. Así, afirmó sentirse el diestro Serafín Marín por unos políticos que están haciendo que la imagen de los catalanes en el resto de España sea “patética”, motivo por el cual afirma sentirse más ilusionado que nunca de cara a los comicios autonómicos del inminente 29 de noviembre.

"Lo hacen muchísimo y yo me considero uno de los ciudadanos más toreados, que es lo que menos me gusta que lo hagan de esta manera, por eso me siento más motivado que nunca para ir a votar el próximo domingo", aseguró en una entrevista concedida a la agencia Efe.

Preguntado por su intención de voto, el de Montcada tiene claro sus preferencias después de unos últimos años en los que tiene "ya muy vistos y escuchados"al resto de partidos que "siempre prometen y se acabó". "Ciutadans me ha despertado mucha motivación, no es ni de izquierdas ni de derechas, es coherente, me identifico mucho con ellos y estoy loco porque suba en escaños", explicó.

"Se están haciendo cosas de poco sentido común, porque hay mucha gente aficionada, mucha gente antitaurina y otros tantos que ni es aficionada ni es antitaurina, pero hay algo que tenemos todos en común, y es que no nos gusta que nos prohíban nada", recordó el torero.

Un veto que llegó el pasado verano y en el Parlamento de Cataluña, donde Marín reconoció haber pasado "más miedo en la comparecencia que en la plaza"cualquier tarde: "Me siento más cómodo en una corrida de toros porque pocas veces me faltan al respeto, sin embargo allí una diputada me dijo que estaba defendiendo una profesión de verdugos".

Nada que ver con una vida en la que siempre ha luchado para disfrutar de una elección que le hizo renunciar a multitud de cosas. "Sacrifiqué mi juventud, pero soy muy feliz con la profesión que escogí, lo volvería a hacer si tuviera que nacer de nuevo", avisó.

Buena prueba de ello fue el gesto que realizó en pleno San Isidro al trenzar el paseíllo ataviado con barretina y senyera en Madrid. “Me la puse para reivindicar que se puede ser catalán y se puede ser matador de toros, pero sobre todo para lanzar un mensaje: la libertad no se prohíbe”, concluyó.