Déficit autonómico
Se entiende «malamente»
No cuadran en los tiempos que corren algunos acontecimientos en torno a la Generalitat. Me refiero a la total austeridad presupuestaria que el presidente Fabra se ve obligado a implantar y que, sin embargo, en otros se realicen gastos de dudosa necesidad.
Una cosa que se externalicen servicios inexistentes en la Administración autonómica y otra que se encarguen trabajos existiendo los correspondientes servicios institucionales.
No tiene sentido que se encargue el proyecto de privatización de la gestión de la sanidad a unos despachos externos, que la Conselleria desvíe hacia ellos a las empresas interesadas en acudir al concurso, que les cobren por recibir información, aunque se disfrace de legalidad la consulta, que se prevea un porcentaje en caso de adjudicación y que, finalmente, el proyecto sea rechazado por la Abogacía de la Generalitat por contener irregularidades e incluso ilegalidades. Surrealista. André Breton se volvería girulo.
Si han de ser los servicios jurídicos los que aprueben o desaprueben ¿para qué gastar en externos si, además, lo hacen mal? ¡Que lo confeccione de principio a fin la Administración!
No es el único caso, como demuestra lo relatado en esta misma página. Nunca deberían suceder, pero menos ahora, cuando debemos apretarnos el cinturón, cuando, como se cansa de repetir Fabra, hay que hacer más con menos.
Soy partidario total de las Autonomías y no quiero que acabemos preguntando ¿para qué sirven?. Así es la vida.
✕
Accede a tu cuenta para comentar