Dentelladas

Dice la Red Europea de Lucha contra la Pobreza que la mitad de las familias españolas tiene problemas para subsistir y que una de cada cuatro se encuentra en riesgo de exclusión. Son datos que obedecen a un estudio sobre nuestra clase media, pero si donde pone «españolas» colocamos un «socialistas», tendremos un panorama bastante fidedigno de cómo están las cosas en el partido de la rosa. El riesgo de exclusión ha quedado clarísimo tras conocerse el nombre de la nueva Ejecutiva Federal, y lo de la subsistencia será un reto para los barones que apoyaron a Chacón y que en breve se van a enfrentar al ala rubalcabiana en sus propios congresos regionales.

De puertas para afuera todos se esmeran en seguir el guión en el que, «noblesse oblige», hay que hablar por bemoles de unidad y de integración como si todos fuésemos tan idiotas como para creer que alguien con dos dedos de frente –y Rubalcaba tiene bastantes más– va a rodearse de quienes han intentado mandarle a disfrutar de su plan de pensiones. De puertas para adentro, lo cuentan quienes estuvieron allí, el Congreso fue un festival de dentelladas clamorosas e indisimuladas, con Felipe González llamando personalmente, como un vulgar captador de telefonía móvil, a los delegados andaluces para asegurar el trono a su delfín. De momento y tras la derrota, Chacón se retira a sus cuarteles de invierno a la espera de que el tiempo le permita ver pasar el cadáver del enemigo. Hasta entonces, los suyos irán cayendo convertidos en carne de cañón, que es lo que suele ocurrir cuando uno enfrenta la batalla a lomos de un caballo perdedor.

Si alguien esperaba mimitos por parte de quien ha ganado una guerra, o es tonto, o es muy ingenuo, o sufre un preocupante ataque de cinismo.