Sevilla
OPINIÓN: Otra vida mejor
El gobierno municipal está plagado de funcionarios de partido cuya trayectoria profesional ha discurrido desde las asambleas de la facultad hasta los plenos del Ayuntamiento. En el sector privado, tendrían serias dificultades para colocarse siquiera de cogecosas. No nos gobierna la élite, sino una casta endogámica que se blinda mediante el sistema de listas cerradas. Cuando el PSOE recupere la Alcaldía, ningún burócrata contará con Eugenio Suárez Palomares porque su retorno a la vida civil es considerada una defección. De nada le valdrá ser una de las mentes jurídicas más brillantes de la ciudad porque reinarán en las delegaciones quienes hayan chupado una o dos legislaturas de oposición en unas dependencias incómodas que tienen por buen nombre «el palomar». Esa capacidad de aguante y la disposición a inclinarse ante el líder es lo que adorna a los mandarines locales presentes y futuros. La famosa «vocación de servicio público» es un eufemismo para no nombrar la indigencia profesional y la estrechez de miras de quienes hacen de la política una profesión desde la cuna. Verbigracia, el anterior alcalde de Sevilla y el probable próximo presidente de la Junta de Andalucía, por buscar un ejemplo en cada gran partido. Si uno tiene otro quehacer en la vida…
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