Santander
La difícil digestión del ladrillo
En 2011, la banca sólo vendió activos inmobiliarios equivalentes al 40% de lo que se adjudicó
MADRID- Muy a su pesar, bancos y cajas se han convertido en las principales inmobiliarias del país. Su cartera de ladrillo ronda los 70.000 millones de euros en solares y viviendas que se han quedado a cambio de deuda o procedentes de embargos. Y la cantidad no para de crecer. El pasado año, apenas lograron deshacerse de media de una cantidad equivalente al 40% de los activos inmobiliarios que se adjudicaron.
El que más vendió fue Banco Sabadell, que logró dar salida a activos valorados en 527 millones de euros. No obstante, se adjudicó otros 1.653 millones, con lo que a finales de 2011 contaba con una cartera neta valorada en 4.006 millones. Su saldo supera al de Banesto, que tras dar salida a 383 millones y adquirir activos valorados en 1.040 millones, cuenta en su balance con inmuebles valorados en 3.607 millones. Bankinter registró unas entradas brutas de activos inmobiliarios de 188,8 millones y unas ventas de 84,4 millones. Su cartera en ladrillo suma 484 millones.
Santander, Popular y BBVA no han desgranado los datos de ventas. No obstante, a finales de 2011, los activos inmobiliarios de sus balances se habían incrementado de forma notable. La entidad cántabra contaba con 8.558 millones de euros, 1.043 millones más que en el ejercicio precedente; BBVA, 7.714 millones, tras un incremento de 2.921; y Popular, 4.028, tras un aumento de 330 millones.
Medidas más duras
Entre los bancos recién creados tras la transformación de las cajas, Caixabank apenas se desprendió de 175 millones, por los 1.140 que ingresó en su balance. La buena noticia para la entidad catalana es que el 83% de las nuevas adjudicaciones fueron viviendas acabadas, más sencillas de colocar, si bien, como reconoce el directivo de un gran banco, no todo tiene salida. «Sólo vendemos pisos bien ubicados y con precios relativamente altos, a partir de los 400.000 euros, pues el tipo de comprador interesado en ellos tiene acceso al crédito», explica. El resto se queda en el balance deteriorando las cuentas. Por ley, el Banco de España obliga a las entidades a provisionar una cantidad de dinero equivalente a un porcentaje del valor de los inmuebles para protegerlos ante un posible deterioro de su valor. Con la reforma anunciada ayer, la cobertura para suelo será del 80%; para las promociones en curso, del 65%; y para la vivienda terminada, del 35%.
El incremento de las provisiones resta recursos a la banca para crédito o dividendos. Lo lógico sería entonces que las entidades fueran reacias a quedarse con más ladrillo, pero no es tan fácil. Ante la imposibilidad de cobrar los préstamos a los promotores y tras el fracaso de las refinanciaciones, las entidades prefieren quedarse en pago por los préstamos cada vez más inmuebles. «Las reestructuraciones ya no se renuevan porque no han salido bien y ahora el banco se queda con los inmuebles en régimen de dación en pago o compraventa», explica Carlos Ferrer Bonsom, director del departamento residencial de Jones Lang Lasalle, lo que no hace sino agrandar la bola del ladrillo.
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