Barcelona

Aragón y Cataluña inician la batalla por el control del Ebro

En círculos cercanos a Medio Ambiente se dice que Cataluña exige que el delta lleve 500 metros cúbicos por segundo.

Imagen del Ebro a su paso por la localidad catalana de Tortosa, en la desembocadura
Imagen del Ebro a su paso por la localidad catalana de Tortosa, en la desembocaduralarazon

Valencia-Aragoneses y catalanes parecían estar unidos por una causa común. Luchar contra la ejecución del trasvase del Ebro. Sin embargo, por lo que en realidad pelean es por el control de este río. El primer enfrentamiento ya está abierto. Aragón ha presentado alegaciones al plan de las cuencas internas de Cataluña. En este documento, elaborado por la Agencia Catalana del Agua y que está en fase de borrador, la Generalitat catalana sugiere, por ejemplo, qué caudal debe llevar el Ebro en su desembocadura.Y lo hace a lo grande. Propone que sea de 232 metros cúbicos por segundo en época seca y de 406 metros cúbicos en húmeda. Estas cifras superan con creces lo establecido en el Plan Hidrológico Nacional de 2001 que dejaba en cien metros cúbicos por segundo el caudal necesario para garantizar la sostenibilidad del delta. La Generalitat catalana no tiene competencias para establecer este valor. Corresponde a las Confederaciones Hidrográficas alcanzar un acuerdo entre todos los usuarios sobre cuál es la cifra más adecuada. Y aquí llega el problema. El Ministerio de Medio Ambiente, consciente de que los caudales ecológicos se han convertido en el caballo de batalla, será quién determine el caudal necesario para garantizar un buen estado del agua. En los círculos próximos a estas negociaciones, se habla con claridad de que Cataluña pretende llegar hasta los 500 metros cúbicos por segundo, cifra que haría completamente imposible el trasvase del Ebro. No obstante, Aragón se muestra completamente en contra, ya que una cantidad tan elevada podría obligarle a desembalsar demasiada agua y por tanto, a renunciar a sus propios usos. La pelea que pueda provocar el establecimiento del caudal ecológico se antoja, cuanto menos, delicada. Y más, si se tiene en cuenta el efecto que causan hoy en día cualquier privilegio que una autonomía consiga sobre un río. Por ejemplo, que Cataluña consiguiese este caudal haría exigir a los manchegos una cifra aún más desorbitada para evitar el Tajo-Segura.

El río de los nueve trasvasesLa cuenca del Ebro puede presumir de caudalosa. Según datos oficiales, tiene una media de 18.200 hectómetros cúbicos al año. El Júcar, el río más importante de la cuenca supera a duras penas los 1.800 hectómetros. El Ebro tiene autorizados nueve trasvases. El último fue solicitado el pasado mes de diciembre por la Agencia Catalana del Agua. Pidió un hectómetro cúbico para abastecer a cuatro municipios de Tarragona que pertenecen a las Cuencas Internas de Cataluña. Hoy se ejecutan ocho trasvases. El mayor, de 130 hectómetros, es el conocido como el Gran Bilbao y se comenzó a explotar en 1967. A las Cuencas Internas de Cataluña tiene aprobados dos más. El mayor recibe 70 hectómetros para abastecimiento urbano e industrial de Tarragona y Barcelona.