Comunidad de Madrid

«Euphoria» desatada

«Estoy orgulloso de ser español», gritó en su concierto Enrique Iglesias, que logró sacar de su obligado retiro a su madre, hizo vibrar a sus hermanas y a un público entregado

«Euphoria» desatada
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Que no. Que Enrique Iglesias no hace «playback». Y tampoco desafina. Leyendas urbanas fuera desde el minuto uno del concierto con el que arrasó ayer en Madrid. Ya el dj Juan Magan se trabajó al público para dejárselo a punto. Y él dio el resto, con despliegue de fuegos artificiales y láser incluidos. Pero sobre todo, con su entrega, con su voz. También con sus palabras. «Sé que los tiempos estan muy difíciles. Por eso a todos los que estáis aquí, os quiero dar las gracias». Ovación por su sensibilidad ante la crisis. Y Enrique continúa: «Quiero dar las gracias a mi madre, a mi abuela y mis hermanas. También al campeón Rafael Nadal. ¡Es un orgullo ser español». Y es que el tenista –listo para el Open– fue el segundo más aclamado de la noche. Su llegada al Palacio de los Deportes levantó al público y desató la locura también en una zona «vip» donde le esperaban las Preysler, Boris Izaguirre y Nuria González. Luego se unió Verdasco. Isabel abandonó su retiro obligado por el estado de salud de Miguel Boyer para respaldar a su hijo y animar a Tamara –tan generora y amable como siempre– y Ana –cada vez más guapa–. Tiene motivos Preysler para presumir. No es sólo amor de madre. Enrique derrochó «Euphoria». Puro espectáculo.

 

A examen
Convocatoria: concierto de Enrique Iglesias en Madrid. Llevaba 12 años sin gira en España. Lleno absoluto.
Cuándo: viernes por la noche.
Nivel de famoseo: El listón más alto en cualquier evento social en este país: Isabel Preyler
Los canapés: Una porción de pizza.
Lo mejor: la mirada emocionada de Isabel y la alegría de Tamara.
Lo peor: nada reseñable.
Valoración final: *****

 

RECEPCIÓN EN EL DÍA DE LA COMUNIDAD DE MADRID
Ana Rosa y la venganza del chorizo
Ni Pontejos en temporada alta. El espacio vital, se medía en milímetros. Esperanza Aguirre podría haber estado recibiendo al personal en la fiesta de la Comunidad de Madrid hasta el Corpus. Y así pasó, que hacerse con un trozo de queso o un tubo de cerveza era cuestión de supervivencia darwiniana. Tanto arrimarse... y, de repente, ¡la mancha! De chorizo grasiento en la americana de Juan Muñoz, el esposo de Ana Rosa. Como el hijo que nunca se emancipa de su madre, acudió al amparo de la Quintana. Y ella, que es cura antes que fraile, mujer antes que presentadora, desplegó sus armas. «¡Unas toallitas húmedas!». Al rescate acudió Lola Herrera –mujer previsora vale por dos– y AR, ejerció de quitamanchas. Dos restregones y como nuevo para seguir con la fiesta del 2 de mayo que quiso aguar un chorizo afrancesado.

A examen
Convocatoria: celebración del Día de la Comunidad de Madrid en la Puerta del Sol.
Cuándo: miércoles por la mañana.
Nivel de famoseo: digno de ver, desde banqueros hasta empresarios, artistas...
Los canapés: made in Madrid, el número de asistentes desbordó cualquier previsión.
Lo mejor: el cariño con el que Santiago Segura fotografiaba a Leblanc.
Valoración: ****