Bruselas
Tenía razón Pajín
Recordar hoy el vaticinio que sobre la Presidencia de la UE hizo la mega-planetaria Leire Pajín no nos lleva más que a la constatación de que el esperpento del Ruedo Ibérico sigue vigente en nuestro país. Sólo así se entiende el optimismo de Zapatero sobre el grisáceo semestre por fin esfumado. La realidad no ha podido ser más penosa: improvisación, atropello, inanidad y, por supuesto, esperpento cóncavo valleinclanesco en el callejón de La Moncloa. Dijo Zeta que íbamos a dirigir Europa y hemos terminado semi intervenidos por Europa. Íbamos a controlar los desmanes de los demás y han sido ellos quienes nos han acabado diciendo cómo gastar el dinero y cómo ahorrarlo, qué reformas hacer y cuáles no, cómo contener el déficit y de qué manera rebajar la deuda. El funcionariado comunitario no recuerda periodo más deslucido y anodino. Hasta se echó de menos la anterior Presidencia sueca, estrafalaria en algún planteamiento exterior pero de rigor nórdico en lo fundamental. Frente a eso nosotros ofrecimos lo habitual desde 2004: desconcierto, desazón e incertidumbre. A Bruselas y a los mercados. No salió encuentro con Obama ni la cumbre USA-UE, ni siquiera la euromediterránea. Todo un récord de fracasos y bandazos. Ha sido tal el fiasco que bien podríamos calificarlo de ciertamente planetario. Luego tenía razón Pajín.
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