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«Eva» robótica a la española

Cuando los productores de «Eva» le mandaron el guión a Daniel Brühl, el actor alemán dudó. Se preguntó a sí mismo, en perfecto castellano: «¿Una película de ciencia-ficción en España?»

Fotograma de "Eva"
Fotograma de "Eva"larazon

Tuvo que rendirse ante la evidencia cuando vio el «teaser» que Kike Maíllo rodó para buscar financiación y calentar expectativas: el resultado era apabullante. «Hay un terreno por conquistar, y la conquista es de los valientes», dice Maíllo. «En España siempre existe un cierto miedo por salirse de la norma, pero también es cierto que, cuando lo haces, hay alguien que te está esperando».

Maíllo forma parte de la generación Escac. La palabra «generación» puede resultar pretenciosa, pero si los ex alumnos de la Escuela Superior de Cine de Cataluña han facturado éxitos como «El orfanato», «Los ojos de Julia», «Tres días con la familia» o «Eva» (que Miramax ha comprado para su estreno americano), las pretensiones están justificadas.
Álex (Daniel Brühl) vuelve a su casa contratado por la universidad para crear un modelo perfecto de niña robot. Su sobrina, Eva (Claudia Vega), a la que no conocía, será su referente.
Lo que lo llevará a reencontrarse con su hermano y su cuñada, su antiguo amor… Relean la sinopsis, y si esto les parece ciencia-ficción al uso, cambien de canal. «Si te gusta "Terminator 2"y "El piano", es lógico que "Eva"sea como es», sostiene Maíllo. «La ciencia-ficción siempre tiende hacia el thriller o la acción, y en este caso quería hacer algo más femenino, que pudiera entender mi madre. En mis trabajos anteriores (los cortos "Las cabras de Freud"y "Los perros de Pavlov") ya había investigado en la naturaleza del amor. Y en ese buscar el objeto del amor, aparecía lo robótico. ¿Cuál es el paso que hay que dar para que una máquina deje de parecer un esclavo y sea un igual?».

Fina melancolía
Viendo «Eva» es imposible dejar de pensar en la memorable sinergia de Kubrick y Spielberg en «A.I. Inteligencia Artificial»: «Soy un admirador confeso de su primera parte», confiesa Maíllo, «pero me cuesta mucho identificarme con el punto de vista de un robot, prefiero hacerlo con el de un humano. No me importa tanto si los robots sienten como lo que te hacen sentir».
El punto de partida de «Eva», que el director barcelonés sitúa entre el mito de Frankenstein y el final de «La odisea», se cubre de una fina capa de melancolía: «Estaba muy interesado en que la ciencia-ficción no estuviera despegada de la realidad. Buscaba que el espectador sintiera cercano ese futuro, que lo reconociera como propio pero que a la vez supiera que pertenece a otro tiempo. Que respirara una cierta nostalgia».

 

El detalle
OMNIPRESENTE ETURA
No puede negar Marta Etura (a la izda. en una imagen del filme) que 2011 está siendo uno de los mejores años de su carrera, sobre todo el otoño. Si hace un par de semanas llegaba a las salas «Mientras duermes», cinta de Jamume Balagueró en la que comparte cabecera con su pareja, Luis Tosar, hoy aterriza en la cartelera con «Eva» y dentro de unos días debutará como directora teatral con «Invierno en el barrio rojo», de Adam Rapp , que llegará al Centro de Nuevos Creadores de Cristina Rota el 24 de noviembre.