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Del Bosque: «Sólo hay una España»

Vicente del Bosque respeta las opiniones de Luis Aragonés

La Razón
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Potchefstroom- Por si la derrota de España ante Suiza, in- merecida, pero inmutable, no fuera suficiente castigo, el análisis de Luis Aragonés en LA RAZÓN y unas palabras suyas tras el encuentro han servido para intentar caldear el deprimido ambiente de la selección. Pues no hay caso, por mucho que se pretenda organizar una tormenta en un vaso de agua. El primero en rechazar la polémica fue Del Bosque: «No vamos a contestar a una autoridad como el anterior seleccionador, ni estoy para debatir ni para convencer a nadie. Luis conoce el grupo, ha conseguido un gran éxito con él y respeto sus opiniones». Como se le volvió a insistir en la cuestión, la zanjó con un argumento irrefutable: «No hay una España de Luis ni otra España de Del Bosque. Sólo hay una España».y Cuando llegamos a las instalaciones de la selección, Del Bosque se encontraba reunido con sus ayudantes, Grande, Ochotorena, Jiménez y Miñano. Estaban viendo el partido Chile-Honduras. Son los adversarios y, por lo que se vio en ese encuentro, los chilenos, que pudieron ganar 5-1, que jugaron a una velocidad superior y con una profundidad ideal, van a ser otro hueso duro de roer. Lo cual invita a pensar en cambios de nombres en la alineación.Frente a Suiza, el doble pivote fracasó cuando el juego se horizontalizó. Xabi Alonso, el mejor en la zona, junto con Iniesta, hubiese podido prescindir de un escudero para que el equipo ganara en verticalidad. Cesc apunta a novedad contra Honduras, en perjuicio de Busquets. Es una hipótesis, como que Silva, perdido y desarmado en Durban, será relevado. En su caso caben dos alternativas: Navas, viento del sur, velocidad, intensidad, electricidad, por la derecha, o bien Torres, necesitado de minutos y la mejor pareja de baile de Villa, quien, en este caso, tendría que caer hacia la izquierda o jugar de segundo punta.Son probabilidades, como trascendental es el necesario cambio de mentalidad de este equipo. Los campeones no fallan, ganan, aunque sea llorando o de chiripa, como Argentina y Brasil en sus primeras confrontaciones. Los campeones limitan los desperfectos con experiencia y sacrificio, como Italia o Inglaterra, que sólo arrancaron un empate. España tiene que trasladar a Suráfrica la experiencia europea, dar la primera patada, la voz más alta, meter la sexta velocidad, si es que la posee, exprimir su técnica y recuperar su carácter indomable e invencible. Si sólo juega bonito, lenta, previsible, se le calará el motor, como contra Suiza.Sería conveniente, por tanto, demostrar que «La Roja» no es una selección evanescente, y averiguar si el problema que estropeó su debut en el Mundial fue mental, un bloqueo transitorio, y relativizarlo, o si fue físico, que las fuerzas del equipo no dan para más, en cuyo caso habría que preocuparse porque el mal sería irreversible. Y no parece que éste sea el caso.Hierro admitió que el grupo está afectado, «pero tranquilo», y que ahora sólo queda una posibilidad: «Hay que ir a ganar desde el principio, como siempre». Esto tiene un matiz, para vencer desde el inicio hay que jugar con más intensidad, con más ambición, más precisión y más puntería. O sea, mentalizados. Porque lo que se encuentra el entrenador tras una derrota así, es «fastidio». «Sí, estamos mal, como no podía ser de otra manera. Mas no olvidemos que el deportista que cae tiene que levantarse para buscar la revancha. Contra Honduras puede que no nos rehabilitemos ante la opinión pública, pero sí para nuestros intereses».Escuece la derrota. «Suiza no creó mucho peligro, nosotros tiramos 25 veces y llegamos otras tantas; más que ninguna otra selección en esta primera fase. Nuestra posesión fue superior al 70 por ciento. ¿Qué ocurrió? Que no estuvimos espabilados para finalizar lo que hicimos». Prosiguió Del Bosque: «Tenemos tiempo para solventar esto. Hemos jugado como siempre y no vamos a dar bandazos. Tenemos que ser estables porque no hay motivos para cambiar. Nuestro estilo está reconocido desde hace tiempo». Descartó exceso de confianza: «No nos creímos superiores. Sabemos cuál es la realidad del fútbol y el estilo que anida en nuestro grupo. Nadie puede darnos lecciones». Y todo, sin acritud.

El estreno rozó los 10 millones de audienciaEl debut de España en el Mundial y en el que la selección cayó por 0-1 ante Suiza se convirtió en el debut mundialista español más visto del siglo XXI. Además, fue la emisión más vista en Telecinco de los últimos doce años, desde diciembre de 1997, y la sexta más seguida de la historia de la cadena. El partido fue seguido por una media de 9.771.000 espectadores y obtuvo una cuota media de pantalla del 58,7 por ciento. Por detrás se colocó el estreno de «La Roja» en Alemania 2006, que emitió Cuatro, y fue seguido por 9.297.000 espectadores y registró una cuota media de pantalla del 58,4 por ciento. En tercer lugar se colocó el estreno en el Japón-Corea 2002, que transmitió Antena 3, visto por 7.830.000 espectadores.