Nueva York
«Hemos deteriorado las fuerzas de Gadafi entre un 20 y un 25%»
¿Quiénes son los revolucionarios? ¿Quién se va a poner al frente? ¿Serán aliados de Washington en el futuro? Muchas son las preguntas que sobrevuelan la intervención aliada en Libia.
El jefe del Pentágono, Robert Gates, no resolvió todas las dudas surgidas en esta crisis ayer durante su comparecencia en el Congreso, pero sí dio algunas pistas al decir que deberían ser otros países, no Estados Unidos, los que ofrezcan entrenamiento y asistencia a los rebeldes libios. Las palabras de Gates no consiguieron calmar a los congresistas, sobre todo después de que se confirmasen ciertas filtraciones: Obama ha autorizado una operación encubierta, quiere armar a los rebeldes, la CIA lleva días en Libia y no hay un plan de salida claro salvo el de marcharse lo más pronto posible. Sin embargo, Gates explicó que «el presidente ha dejado muy claro que no habrá efectivos militares de Estados Unidos sobre el terreno». En la Cámara de Representantes, interesó saber cuánto tiempo se va a prolongar esta guerra y cómo se va a costear. Ni Gates ni el jefe del Estado Mayor, Mike Mullen, ofrecieron respuestas satisfactorias o, al menos, claras. «Hemos reducido sus capacidades militares (por Gadafi). Pero eso no significa que se vaya a romper desde el punto de vista militar. No es el caso», reconoció Mullen, el cual fue incapaz de precisar cuánto tiempo se va a prolongar esta contienda. «En realidad, nosotros hemos dañado seriamente sus capacidades militares. Hemos deteriorado sus fuerzas entre un 20 y un 25 por ciento», añadió Mullen. Gates admitió al comité de Servicios Armados del Congreso que no hay dinero para costear esta operación. El Pentágono ha gastado alrededor de 550 millones de dólares durante los primeros días de campaña, y se espera que el gasto aumente 40 millones al mes, un dinero que no se podrá cubrir con el presupuesto de guerra.
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