Chile
Las autoridades chilenas animan a los familiares a abandonar la mina San José
El tiempo avanza en la mina del norte de Chile, donde 33 trabajadores permanecen atrapados desde el 5 de agosto, y las carpas que conforman el campamento Esperanza se mantienen inalterables con los familiares que esperan ver a sus cercanos y desoyen los llamados para que retornen a sus hogares.
Con el paso de los días, 27 desde el derrumbe en el yacimiento San José, las autoridades han planteado que sería positivo si los parientes de los trabajadores que se encuentran a 700 metros de profundidad van paulatinamente retomando sus actividades, para no sobrecargar el sector. «Le hemos dicho a las familias que vuelvan a sus actividades normales, que nosotros les vamos a entregar la información suficiente telefónicamente, por correo electrónico, en fin, que van a tener la posibilidad de ir y venir en bus de Copiapó hasta acá», dijo a LA RAZÓN, la intendenta de Atacama, Ximena Matas.
A la luz de las hogueras los familiares del minero Daniel Herrera Campos se sientan y conversan animadamente. En la noche anterior fue puesta en marcha la excavadora encargada de abrir un orificio de 700 metros de profundidad, por el que –según el plan del llamado Operativo San Lorenzo– saldrán los mineros a la superficie, en unos tres o cuatro meses.
«Nos da alegría de ver la máquina y que ya va a empezar a rescatar a los niños. Ya sólo queda la mitad del camino», comenta Lucy Herrera, hermana de Daniel. Como el resto del grupo se niega a abandonar el campamento porque siente que así puede seguir cerca de su marido. «Igual amanecemos con frío, pero estamos más tranquilos aquí sabiendo que la gente sigue trabajando», agrega. Empieza el conteo regresivo para el ansiado reencuentro.
Ayer llegaban al Aeropuerto Internacional Arturo Merinoi Benítez los expertos de la NASA que apoyarán las labores médicas de los mineros atrapados. El equipo tendrá un papel clave en el abastecimiento y en cómo manejan éstos sus residuos.
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