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Un cómico en el Principado

Un cómico en el Principado
Un cómico en el Principadolarazon

Ella destila elegancia. A él le sobra chispa. La mezcla se antoja buena pero, a priori, todo separa a la heredera del Principado monegasco, de dinástico apellido, y al actor y humorista francomarroquí, de orígenes más bien modestos. Incluida, la edad. Quince años de diferencia. Sin embargo, Carlota Casiraghi, de 25, y Gad Elmaleh, de 40, forman la pareja del momento en Francia. Una pareja improbable, eso sí. Inesperada, cuanto menos. El noviazgo entre la «demoiselle» de Mónaco y el joven y adinerado galerista británico Alex Dellal, con quien llevaba cuatro años, navegaba viento en popa y su compromiso oficial parecía cuestión de días. Pero ceñirse a las convenciones no forma parte del adn sentimental de los Grimaldi. Un clan en donde el cine, por cierto, es cosa de familia. La sublime Grace Kelly inauguró la tradición y posteriormente Carolina, la madre de la princesita, mantuvo un idilio durante cuatro años con el intérprete galo, Vincent Lindon. En el caso de Estefanía, nunca le ha hecho feos a ningún oficio, sea el de acróbata circense o el de escolta.

De ahí que la llegada de un actor a La Roca no cause tampoco enorme sorpresa. Si no fuera porque se trata del humorista preferido de los franceses, elegido en 2007 «el hombre más divertido» del año. Una noticia que a más de uno, al menos, le hará esbozar una sonrisa.

De momento no ha habido una confirmación oficial pero los testimonios gráficos publicados por la Prensa del «cuore» en Francia son bastante elocuentes e insinúan entre ambos algo más que una simple amistad tras un primer encuentro el pasado mes de diciembre en casa de unos amigos comunes. Un flechazo que les ha llevado a dejarse ver durante las fiestas navideñas en una elitista discoteca de París o a compartir varios fines de semana. Con discreción pero sin ocultarse.

De Mónaco a Hollywood
Puede que Elmaleh no encaje en el ideal de yerno que toda suegra quisiera tener –los artistas siempre han tenido mala prensa en el ámbito doméstico– pero es sin duda el colega ocurrente capaz de animar cualquier velada. El humor no sólo es su herramienta de trabajo sino en este caso, su arma de seducción masiva.

Un encanto al que habría sucumbido la sobrina del Príncipe Alberto II de Mónaco y que, a juzgar por el currículo amoroso del intérprete de éxitos del cine galo como «La verdad si yo miento 2» o «Chouchou», le habría dado en el pasado buenos resultados. Especialmente con las morenas. Un perfil que Carlota Casiraghi comparte con sus anteriores relaciones: la bailarina estrella de la Ópera de París, Aurélie Dupont ; la actriz Anne Brochet con quien tiene un hijo de once años, Noé; o la popular presentadora de televisión Marie Drucker, su última pareja conocida.

Además, el futuro inmediato de Gad Elmaleh promete. El actor está de racha y su cara empieza a sonar más allá de las fronteras francófonas tras sus apariciones en recientes filmes estadounidense. En el último de Woody Allen, «Medianoche en París» y en «Tintín» de Steven Spielberg. Este año podría ser el suyo, con el próximo estreno de «Jack y Julie», comedia en la que comparte cartel, con un pequeño papel, con Al Pacino y Katie Holmes y que podría ser su pasaporte de entrada a Hollywood.

 

Adiós al millonario
Antes de enamorarse del cómico, Carlota mantuvo una relación de cuatro años con el brasileño Alex Dellal. Eran una de las parejas más «cool» de la alta sociedad: ella, nieta de Grace Kelly y una de las bellezas más llamativas de Europa; él, un atractivo heredero millonario vinculado al mundo del arte. Pero parece que la joven ha dejado las reminiscencias «punk» de los Dellal –aunque Carolina adoraba a Alex como pudo comprobarse en la boda de Alberto de Mónaco– por el humorista. «C'est la vie!»