Policía
Apuñalada en la estación
La tragedia la esperaba a primera hora de la mañana. En torno a las ocho y media de ayer, una mujer de 64 años, M. C. S. R, fue apuñalada por un individuo de nacionalidad española de 26 años, R. M. C, según informan fuentes policiales. El suceso tuvo lugar en la calle Fortuny, que se encuentra próxima a la estación de Metro y Cercanías Renfe Central, en el municipio de Móstoles.
La mujer llegó a sufrir hasta tres heridas de arma blanca: una en el abdomen, la más grave, otra en la espalda y otra en el hombro. Tras la agresión, y pese a las pocas personas que transitaban la zona, ya que muchos mostoleños están fuera de vacaciones, los vigilantes de la estación si se percataron de lo que ocurría y lograron reducir al joven de manera inmediata y lo retuvieron hasta que la Policía llegó al lugar de los hechos para proceder a la detención del agresor.
El 112 recibió una llamada que alertaba de los hechos, momento en el que un equipo del Summa se trasladó hasta la estación Móstoles Central, compartida por Metro y Cercanías. Allí encontraron a la víctima, que tenía el pulso muy débil, ya que las heridas podían haber afectado a algún órgano. Los sanitarios pudieron estabilizar entonces a la víctima y la trasladaron al Hospital de Móstoles, donde los facultativos revisaron en el quirófano la gravedad de la herida del abdomen, de la que fue operada.
Todo apunta a que se trata de un robo con violencia, ya que la víctima y el supuesto agresor no se conocían entre sí, según informa Efe. De hecho, muchos vecinos de Móstoles consideran la zona como algo peligrosa e insegura. «Yo no pasaría sola por esa zona, sobre todo por la noche», afirma una vecina del barrio, quien asegura que se trata de una calle conflictiva. El suceso de ayer conmocionó a la localidad de Móstoles en medio de uno de los Puentes que dejan las ciudades en los días más tranquilos de todo el año.
Alerta por un grupo de carteristas
La Policía Nacional y los agentes de seguridad del Metro de Madrid han fichado en los últimos meses a un nuevo grupo de carteristas que actúa en el suburbano de un modo diferente a los ya habituales, según Ep. Se trata de ciudadanos rumanos procedentes de Italia que entran en el vagón fingiendo no conocerse de nada. Con gestos y miradas eligen a las víctimas, generalmente turistas, mujeres despistadas y personas mayores o desvalidas. Entonces, se colocan alrededor de su objetivo y en un momento de aglomeración aprovechan para sustraerle la cartera. Estos ladrones no utilizan la violencia y, aunque son descarados a la hora de romper mochilas o abrir bolsos, al ser descubiertos fingen que ellos también han sido víctimas de un robo para crear confusión y que el grupo de delincuentes pueda disolverse. Además de los vagones, la banda actúa también en las escaleras o los lugares del suburbano en los momentos en que hay aglomeraciones.
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