Fútbol
Ni siquiera Iturralde desquicia al Madrid (0-3)
La cólera del árbitro desestabilizó más al Sporting que al equipo de Mourinho, muy superior, de ahí el 0-3 final
Más contundente que brillante, más relampagueante que combinativo, el Real Madrid hizo tres goles como tres soles en El Molinón, apenas permitió al Sporting que se acercara a Casillas y firmó su décimocuarta victoria consecutiva. Hubiese sido un triunfo más y sin más, de no ser por la siempre inoportuna presencia de Eduardo Iturralde, frustrado protagonista de aquella canción de Cecilia: «Y si no fuera por miedo, / sería la novia en la boda, /el niño en el bautizo, /el muerto en el entierro, / con tal de dejar sello».
Durante un tiempo, el primero, el árbitro eclipsó las decisiones tácticas de Mourinho, que contrarrestó la ausencia de Xabi Alonso, el pegamento y medio del Madrid, con un doble pivote obrero formado por Lass y Khedira. Las caras de Sahin y Altintop en el banquillo mostraban el disgusto por la ocasión perdida. La de Granero ni siquiera eso, porque se cayó de la convocatoria.
Sorprendió más, no obstante, la presencia de Coentrao en el lateral derecho. Lo peor, para él, de verle en esa demarcación es que le delata el abismo que le separa de Marcelo por el lateral izquierdo. Después, con los cambios del minuto 70 en adelante, recuperó concisión, fútbol y personalidad.
Y el Sporting del sufrido Manolo Preciado, que se gana el cielo con cada partido dadas las diferencias de presupuestos y plantillas que ha de salvar, serio, para empezar. Optó por el fútbol-contact sin ser violento y al defender con diez y contraatacar con cuatro o cinco hombres retrasó la sentencia del Madrid, que estaba escrita. Con jugadores como Di María, en estado de gracia, y la amenaza constante de tipos como Cristiano Ronaldo, Marcelo, Özil o Higuaín –ayer primero fue perro y luego gato, pese a la inestimable aportación de Benzema al juego coral del equipo– no es fácil mantener la portería a cero. Si no se pierde la concentración es factible conservar la «virginidad». Pero en el fútbol hay factores que desestabilizan y no siempre tienen que ver con el adversario.
«La ira es una locura de corta duración» (Quinto Horacio Flaco), afortunadamente; en caso contrario, habría que aguantar la cólera de Iturralde hasta el fin de los días. Sería insoportable. Si Iturralde hubiese sido contemporáneo de Jonás, éste se habría recluido en la ballena de por vida. Iturralde es un caso, un ataque de nervios en sí mismo. Su inseguridad desquicia tanto como su autoritarismo. Pero a ver quién le dice a éste «¿por qué no te callas?». Enciende la silla eléctrica. Transcurría el encuentro más o menos equilibrado; marcador incierto, pocas llegadas a las áreas; la tensión en el centro y en las inmediaciones. Todos, pendientes de un descuido. En ese compás de espera surgió el árbitro, aburrido quizá por los derroteros que tomaba el partido. Ni siquiera se escuchaba en la grada el «así, así gana el Madrid» que hizo famoso esta afición asturiana.
Hubo una falta intrascendente, tampoco dura, y Rui Faría, el intempestivo ayudante de Mourinho, protestó como su entrenador, pero saltó del banquillo. Iturralde le expulsó. A continuación, entre ese minuto 18 y el 26, amonestó a Callejón, Eguren, Barral, Bilic y Trejo... Tiraba de tarjeta con pasmosa facilidad y un gesto colérico que exige un rápido toque de atención. Menos mal que se jubila ya. Y menos mal que el fútbol y los jugadores se sobrepusieron al colegiado. En la calma chicha, Di María aprovechó sendos errores garrafales de Damián y de Juan Pablo para hacer el primer gol.
Hubo una reacción del Sporting que marró Botía al cabecear fuera en inmejorable posición. La respuesta fue un pase al hueco de Di María entre las piernas de Gregory que Cristiano Ronaldo transformó en gol. Pudo recuperar emoción el choque si el «maestro Iturralde», Eduardo, que no don Pedro, no hubiese «cantado» al obviar un posible penalti de Ramos y Pepe, dos contra Sangoy.
El 0-2 fue definitivo. Los cambios de Preciado no mejoraron lo que había y Eguren vio la segunda amarilla por arrear un pescozón a Ronaldo, aunque creo que el árbitro le expulsó por empujarle. Otro error. Quien no los cometió fue Coentrao; al contrario, mejoró cuando Albiol ocupó el lateral derecho y él subió al centro. Pudo marcar, pero Marcelo, tras una jugada con Benzema, le ganó por la mano y en el 92 hizo el 0-3. Terminado el partido, Mourinho y Preciado se abrazaron. Ni Iturralde logró romper el armisticio.
Mou reivindica la calidad de el «Fideo»
No hubo apenas otro asunto para Mourinho en la sala de prensa de El Molinón que reivindicar la calidad de Di María, con el que se deshizo en elogios, aunque no tuvo que enumerar sus virtudes: como que otra vez fue el actor principal del partido; marcó y dio el pase de gol a Cristiano (y ya lleva 11 en esta Liga)... Simplemente, vino a decir que si alguien criticaba los 30 millones de euros que costó su fichaje o cuestionaba su valía, ayer «demostró por qué está en el Real Madrid». El argentino fue clave. «Di María me ha engañado en el gol, pensé que iba a centrar», explicó Juan Pablo. «Nos ha condenado el primer gol», sentenció Preciado. «Tiene muchas cosas que ofrecer y mucho poder para evolucionar. Es peligroso con espacios y en el uno contra uno. Además, me encanta su sencillez», abundó Mourinho.
Equipos:
0. Sporting de Gijón: Juan Pablo; Damián, Botía, Gregory, Canella; Eguren; Trejo (Nacho Novo, min.73), André Castro (Sangoy, min. 67), Nacho Cases, De las Cuevas; y Barral (Bilic, min. 78).
.3. Real Madrid: Iker Casillas; Fabio Coentrao, Pepe, Sergio Ramos, Marcelo; Khedira, Lass Diarra, Di María (Albiol, min.75), Özil (Kaká, min.81), Cristiano Ronaldo; e Higuaín (Benzema, min.76).
Goles: 0-1. Min. 35. Di María roba el balón a Damián, pisa el área y sorprende, sin ángulo, a Juan Pablo. 0-2. Min. 56. Di María, con un pase en profundidad, encuentra a Cristiano y el portugués cruza el balón.0-3. Min. 90. Marcelo, con calidad, fusila a Juan Pablo.
Arbitro: Iturralde González (Comité vasco). Mostró cartulina amarilla a Barral (24'), Trejo (27'), Nacho Cases (45', Bilic (27') -sentado en el banquillo-; expulsó del banquillo a Rui Farias (18'), ayudante de Mourinho, y amonestó a Callejón (también por protestar desde el banquillo). Expulsó también a Eguren por doble amarilla (80').
Incidencias: Unos 27.000 espectadores acudieron al estadio de El Molinón. Casi lleno.
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