Comunidad de Madrid
El PP reclama elecciones y reparte reproches entre Gobierno y sindicatos
Primero dejó que Gobierno y sindicatos «se cocieran en su propia salsa», en palabras de un alto dirigente popular, y evitó por ejemplo alimentar el debate sobre los liberados sindicales promovido por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre.
Y el día después de la huelga general, repartió culpas del «fracaso» de la convocatoria entre los dos contendientes, compañeros de sofá hasta anteayer, y pidió un «cambio político», es decir, a su manera, elecciones anticipadas. En la jornada de los balances, Mariano Rajoy abundó en su estrategia de perfil moderado para no mancharse en alguno de los charcos que ha dejado la riña entre el Gobierno y sus principales costaleros de la política económica de los dos últimos años.
«España necesita una inyección en vena de confianza y es evidente que este Gobierno no es capaz de dársela», valoró el líder de la oposición en una intervención muchísimo más crítica con el Ejecutivo y con José Luis Rodríguez Zapatero que con la gestión de CC OO y UGT y su actuación el día de la huelga. Ni una palabra dijo, por ejemplo, sobre los «piquetes» y sus métodos «informativos». Ni tampoco hizo sangre sobre la situación en la que se quedan las centrales sindicales tras verse arrastradas a convocar una huelga general para recuperar crédito ante la opinión pública. Soraya Sáenz de Santamaría, portavoz del PP en el Congreso, sí les pidió que reflexionasen sobre la «factura» que les ha pasado su idilio con el Gobierno. «Se puede protestar contra la política del Gobierno de muchas maneras y los españoles lo han hecho trabajando. A esta sociedad no se la convoca para destruir sino para construir», sentenció. Estas declaraciones tuvieron como escenario la conferencia que Sáenz de Santamaría pronunció ayer en el Fórum Europa, y que presentó, por cierto, el presidente nacional de su partido. En un discurso con acentos más de vicepresidenta que de dirigente de la oposición la portavoz popular abogó por poner en marcha un plan de reformas estructurales, institucionales y de funcionamiento del Estado autonómico.
Y, entre otras cosas, colocó la lupa sobre el Tribunal Constitucional (TC), de nuevo en boca de todos por el pacto PSOE-PP para renovar a cuatro magistrados cuyo mandato expiró en 2007. Ayer denunciaba este periódico que ese acuerdo entre los dos principales partidos margina a la Magistratura y ha levantado ampollas en la carrera judicial.
Una vez cerrado el primer intercambio de cromos –queda otro pendiente en el Congreso– el Gobierno defiende ahora oficiosamente la posibilidad de reducir el mandato de sus magistrados, teóricamente de nueve años. Sáenz de Santamaría, sin embargo, abogó por prolongar su permanencia en el cargo, por mejorar los criterios de selección, por restablecer el control de constitucionalidad previa sobre determinadas leyes, o hasta por habilitar un cuerpo de letrados por oposición, como en las Cortes y en el Consejo de Estado. Todo en aras de esa prometida independencia.
El derecho de Belén Esteban
Sáenz de Santamaría, defendió ayer el derecho de Belén Esteban a presentarse en unos comicios. «Creo que la señora Esteban, como cualquier español, tiene derecho de sufragio activo y pasivo», dijo la portavoz del PP en el Congreso en un tono solemne, alejado de la broma, durante una conferencia-coloquio en el Forum Nueva Economía, cuando se le preguntó por la encuesta realizada por Sigma Dos para Telecinco en la que incluía la candidatura de Esteban. Su respuesta cosechó un breve aplauso de los asistentes.
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