Bogotá
Juan Viriato: «Conozco mis condiciones y sé que estoy preparado para cortar las orejas en Madrid»
Apenas 48 horas después de recibir una impresionante paliza de su primer novillo de Javier Molina, que le corneó de gravedad en el muslo, el novillero colombiano Juan Viriato reposa en la Clínica de La Fraternidad, cargado de nuevo de moral, a la espera de que la recuperación le permita coger de nuevo capote y muleta para regresar a Las Ventas, donde, tras no poder matar a su segundo utrero, considera que tiene «una cuenta pendiente».
-¿Cómo se encuentra?
-Muy bien. Ayer pasé peor día y la primera noche fue malísima. Por fortuna, hoy los dolores han remitido bastante y la cicatrización de la herida es buena. Vino esta mañana el doctor Padrós y me confirmo que tiene buen aspecto, ni inflamación ni infección. Además, por fortuna, aunque sangró mucho la pierna la noche del domingo, no me dio fiebre.
-¿Qué recuerdos tiene de la cornada?
-Pocos. Dicen que esos segundos en las fauces del toro se hacen eternos, pero yo apenas recuerdo que me tiré a matar al novillo y me echó la cara muy arriba y ya me caló en la pierna. A partir de ahí, vino todo. Lo más sobrecogedor fue verme zarandeado casi inerte de un pitón a otro.
-La paliza fue de campeonato.
-Sí, no pude zafarme y se enceló conmigo mucho. Por fortuna, aunque recibí muchos golpes y me dolía todo el cuerpo, sólo hizo carne en el primer derrote.
-Sin embargo, hay dolores que no se le aprecian a simple vista...
-Sí, la profesión va por dentro. Llegué a España con la ilusión de hacerme torero y esperando la corrida del domingo para triunfar, porque uno sabe las condiciones que guarda dentro de sí mismo y que está preparado para cortar las orejas en esta plaza tan importante. Por eso, es duro que se te quede dentro tu segundo novillo en los chiqueros, dejar pasar una de las dos oportunidades sin torearla.
-¿Cúando le mandarán para casa?
-Todavía me quedan algunos días aquí. Máximo García Padrós me dijo el lunes que, por lo menos, debía estar cinco días más ingresado. Tal vez para finales de semana.
-Y para volver a torear, ¿hay alguna fecha aproximada?
-No, es prematuro. No hemos hablado sobre ello, pero ya me han avisado que no tenga prisas.
-La empresa de Madrid, sin embargo, sí que se ha puesto en contacto con usted...
-Sí. Me llamaron y charlaron también con Gonzalo (Rincón) -su apoderado-. Lo han estado moviendo, la intención es la misma por todas las partes, no deberían surgir problemas. Todo dependerá de cómo me encuentre, en función de ello decidirán si cuentan conmigo para ocupar una plaza de finalista o para más adelante.
-¿Ha podido comprobar el debate que se abrió por la presentación de la novillada?
-Bueno, es Madrid. La novillada venía fuerte, pero aquí se acostumbra a enviar animales de estas características y, no hay que darle más vueltas, hay que estar bien como siempre ha intentado el resto de novilleros que ha venido a Las Ventas. Salga lo que salga, eso es lo que vale.
-De Las Ventas a La Santamaría, tiempos difíciles para el toreo en su país, sobre todo, en Bogotá.
-Desgraciadamente, así es. En España ustedes dicen que está complicado en algunas ciudades, pero en Colombia está supercomplicado. Estamos peleando duro con el respaldo de la Unión de Toreros y tenemos muchos apoyos más para evitar que dejen a est pueblo sin un espectáculo tan bello como los toros. Soy optimista, creo en un acuerdo, en poder convencer al alcalde de lo importante que son los toros para Bogotá.
-¿De dónde le viene la afición a Juan Viriato?
-No tengo antecedentes taurinos. Desde pequeñito llamaron mi atención y empecé en mi tierra, en Colombia, a dar mis primeros pasos para cumplir este sueño. Luego conocí al maestro César Rincón y a su padre, Don Gonzalo, me acogieron en su casa, me trataron de fábula y me dieron todas las facilidades para hacer mucho campo.
-¿Y hasta dónde quiere ir?
-Tengo muchos sueños de luces. El primero, llegar a ser matador de toros, tomar la alternativa. A partir de ahí, como ya dije antes, soy consciente de mis cualidades, sé hasta dónde puedo exigirme. Deseo ser figura y recorrer todas las plazas del mundo como un torero importante, porque Colombia necesita de otro torero de peso, con repercusión para mi país y fuera de él.
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