Alguersuari a la calle

La F-1 siempre fue un deporte muy impredecible. Dentro y fuera de la pista, la competencia es feroz, los intereses políticos y económicos alcanzan cotas insospechadas y por muy bien que lo hagas, la injusticia está a la vuelta de la esquina. Sólo los pilotos muy especiales tienen el puesto asegurado por años… y otros, a pesar de haber mostrado una progresión espectacular, no encuentran esa dosis de suerte que se necesita. Una cuota de azar que el propio Fernando Alonso tuvo en su momento. Ayer, la escudería Toro Rosso, propiedad de Red Bull, comunicó al español Jaime Alguersuari (que se encontraba en Madrid) que no contaba con él para la próxima campaña. Vergne y Ricciardo, dos jóvenes pilotos pertenecientes a la cantera de la bebida energética, les sustituirán a él y a su compañero Buemi, que corrió la misma suerte.

Helmut Marko
Desde que debutara en 2009, Jaime siempre estuvo amenazado por Helmut Marko, el tipo que se encarga de supervisar la camada de pilotos que destacan desde el karting para trabajar con ellos y así encontrar un verdadero «crack» como hallaron en Sebastian Vettel… y nadie más. El catalán fue el piloto más joven de la historia en debutar en la F-1 y, a pesar de las críticas que le llovieron (sobre todo a su padre, promotor de las World Series by Renault, una categoría previa a la GP2), demostró que no fue un error hacerlo en aquel momento. Dos años después, el nivel mostrado por Alguersuari resultó excelente. Sin embargo, el empuje de pilotos como Vergne y Ricciardo y, sobre todo, razones de tipo comercial como los intereses que Red Bull tiene en Francia y Australia, países de origen de estos pilotos, provocaron un desenlace inesperado para la mayoría, cantado para unos pocos. Ahora, en la senda de los nuevos pilotos de Toro Rosso está Carlos Sainz junior, que, a pesar de su juventud, empieza a sonar para la F-1.

Alguersuari había realizado todo lo que le exigió Helmut Marko y al final de esta temporada alcanzó un nivel más que sorprendente para la máquina que conducía. Estar por delante de su compañero Buemi resultó insuficiente. La renovación de Webber para acompañar a Vettel quizás fue una maniobra que perjudicó al catalán. Quizás renovaron con el australiano porque pensaron que ni Buemi ni Alguersuari estaban todavía preparados para dar el salto. Un escalón vacío en la generación de pilotos del que sólo es responsable Marko. Entonces, ¿por qué no mantener un año más a Alguersuari? La pasada noche en Barcelona, en la entrega de los premios del RACC, padre e hijo daban por hecho que seguían en Toro Rosso. La realidad, cruda en la F-1, finalmente fue distinta.