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Una de excesos por María José Navarro

Señoras y señores lectores: mi madre ya tiene móvil táctil, es decir, que a partir de este momento, todos y cada uno de Vds. son susceptibles de recibir una llamada de un número que no les suene de nada. Es así, y mejor que estén preparados.

Neelie Kroes es la comisaria europea de Competencia
Neelie Kroes es la comisaria europea de Competencialarazon

Cuando lo cojan, no escucharán ninguna voz al otro lado, ningún saludo, ninguna pregunta. Lo que Vds. oirán será algo parecido a las interjecciones que podría soltar por su boca una gata cosiendo en una Singer atascada, los balbuceos de un artificiero cortando el cable rojo de una bomba nuclear, los esfuerzos de un estibador cargándose el muelle entero de Baltimore a la espalda y en un solo viaje.
Ya saben de sobra que ahora las madres españolas están decididas a adaptarse a los nuevos tiempos y a la tecnología, y la mía, un hacha manejando mandos a distancia y localizando canales árabes en su plataforma televisiva que además le regala el fijo, ha decidido que está preparada para un móvil táctil. Así que ahí la tienen, apretando la pantalla con los kilopondios que moverían de meseta la pirámide de Keops, la de Kefrén y la de Micerinos. En fin, que hasta que nos acostumbremos al cacharro, son numerosas las llamadas que saltan sin querer. Saltan, por supuesto, aún de madrugada, porque ella se levanta tempranísimo para aprovechar el día. También llegan mensajes sin texto, mensajes con dos palabras unidas, o mensajes que quieren ser buenas nuevas y se quedan a la mitad. Por ejemplo: «Ya se». Algo nuevo habría aprendido, pero con la emoción, le dio un viaje al «enviar». Total, que entre prueba y prueba, la mujer se me va a dejar la pensión en la factura de este mes, de esas que te ponen los pelos como si fueras en moto. Estoy por recurrir a Neelie Kroes, que es la comisaria europea que le está plantando cara a las compañías de telefonía móvil en su intento perseverante de seguir timando a los usuarios con las abusivas tarifas de roaming o en itinerancia. Parece que la comisaria, una de esas mujeres con cardado abisinio y uñas de mala de cuento, se ha puesto en jarras y está dispuesta a ponerle tope al precio de internet móvil, llamadas y sms en el extranjero, y a que podamos elegir la compañía que nos dé la gana y no la que nos imponga la nacional. Estoy por pedirle a la Kroes que haga lo mismo con los bancos y sus créditos hipotecarios, pero al revés.
Ahora que se tiende a canonizar a las entidades por lo voraces que somos los clientes pidiendo pasta para comprarnos un pisito con terraza lavadero, propongo que la comisaria les defienda del populacho, insaciable y derrochón. No hay derecho a lo que sufren a nuestra costa, oigan. Viva la banca entera y su señora madre.