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Sevilla

La resaca

La Razón
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Nunca mejor título, después de muchos días ocupado casi en un solo tema, entenderán que es Cayetana. Por cierto, a pesar de la resaca les voy a dar las últimas noticias. Al contrario de lo que algunos medios aseguran, los Duques de Alba pasaron la noche de su boda en Dueñas, y ayer pensaban dormir también ahí, así que nada de fincas ni viajes a Madrid. Pero volvamos al principio. Hemos realizado en este periódico un especial que ha tenido un gran éxito, que se debe al trabajo estupendo de la gente de Sevilla que, como decían de los buenos soldados, cada uno y cada una valen por diez. He estado trabajando para especiales de television, más Herrera en la Onda con informes diarios, y una vez la feliz boda terminada, me reuní con la otra gran estrella de la jornada, la madrina, Carmen Tello, que ha recibido multitud de elogios a su elegancia y belleza. En este caso, no es una cursilería, es un hecho. Terminé la noche con Carmen y Curro Romero y un grupo de amigos, algunos invitados a la boda, todos devotos amigos de la Duquesa. Dado el magnífico tiempo, cenamos en una terraza, por cierto totalmente llena, y fuimos contanto anécdotas, ocurrencias y vivencias de un personaje tan rico, y no me refiero al dinero, como la Duquesa. Sevilla no solo tiene un color especial, tiene una forma de vivir y un tiempo aún más especiales. Anoche no solo la terraza donde cenábamos estaba llena, sino otras cercanas. A la 1 de la mañana, tras la cena, fuimos a tomarnos unos helados, pues estaba abierta la heladería y sus mesas también llenas, y es que a 6 de octubre estar a las 2 de la mañana en mangas de camisa y tomando un helado se puede hacer en pocas ciudades de Europa. Decididamente, en Sevilla lo único que funciona es el turismo, por eso las terrazas, debido en primer lugar a la prohibición de fumar, llenan calles enteras, como es el caso de la calle San Fernando, y a falta de otros incentivos para el trabajo, bienvenido sea el éxito de la hostelería.