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Adiós al canon por Sabino Méndez

La Razón
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No es una sorpresa la desaparición del mal llamado «canon». Mal aplicado y peor explicado, su trayectoria es la crónica de una muerte anunciada. La industria tecnológica española, miope y egoísta, se embarcó desde el principio en una campaña de connotación y descrédito del sistema, jugando peligrosamente con la ignorancia y la demagogia del público más incívico. Esa compensación es una directriz europea y no debemos olvidar que éstas tienen, dentro de la Unión, rango superior a las leyes de cada país. La celeridad en la toma de decisiones y su incansable trabajo desde que han llegado al Gobierno apunta a buscar una tabula rasa para el sistema que permita aplicarlo seriamente y desde la sensatez. Lo mismo puede decirse de la ley antidescargas: es un primer paso en la dirección correcta que viene a acabar con la impresentable ausencia de regulación que existía hasta la fecha. Como se verá en la práctica, una normativa escrupulosamente garantista no provoca ninguna injusticia en los usuarios ni ninguno de esos imposibles panoramas apocalípticos que han querido pintar algunos internautas interesados. Nada como la valiente práctica de la realidad para poner las cosas en su sitio.

Sabino Méndez
Músico y portavoz de la SGAE