Sevilla

Del «que no falte de ná» al «creditazo»

La Razón
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Igual que un día de abril de 1931 España se acostó monárquica y amaneció republicana, este Gobierno (con perdón) de Zapatero se metió en la cama una noche generoso y derrochador como un magnate petrolífero de fin de semana en Las Vegas y se despertó austero y espartano como una ursulina de clausura. Hemos pasado sin solución de continuidad del «que no falte de ná, gloria pa tó el mundo» de los planes extraordinarios de inversión local –el 8.000, el Proteja y demás parientes y afectos– al «que no se mueva un varal» del «creditazo». Y, como diría Ortega y Gasset, no es eso, no es eso... No se puede pasar de la barra libre de rotondas y aceras a que los ayuntamientos se gasten menos que los bastones por el medio, y mucho menos con estas medidas igualitarias pero a la baja, que castigan del mismo modo a la cigarra y a la hormiga. ¿Cómo va a tener las mismas limitaciones para pedir créditos Sevilla, el sexto consistorio más endeudado de España, que un municipio que haya hecho sus deberes? Y en medio de este vaivén al son de la música que tocan el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo uno ya no sabe si vive en la Jauja del alto cargo que cobra 170.000 euros al año o en la cruda realidad del pequeño empresario harto de escuchar «vuelva usted mañana» cada vez que intenta cobrar su trabajo en la ventanilla municipal.