Elecciones en Brasil
Caída libre
Como el verano pasado, Obama vuelve a estar en caída libre y en el peor de los momentos, cuando ya faltan menos de 80 días para las elecciones del medio mandato, en el que se renueva toda la cámara de representantes y un tercio del Senado, amén de las legislaturas estatales y un buen número de puestos de Gobernador.
Los aspirantes de su partido se guardan muy mucho de requerir su apoyo, porque tiende a ser el beso de la muerte. Los que tienen alguna posibilidad de reelección son los que se mostraron renuentes a la hora de votar los multimillonarios «estímulos» a la economía, el rescate de los bancos y la reforma estatalizadora de la sanidad. Los programas favoritos de Obama. El presidente, que partiendo de un 52,5% de los votos, frente al 46 de McCain, llegó pronto a una aceptación del 65%, está ahora en el 45% con un rechazo del 50%. Sólo un milagro económico podría hacerlo remontar, lo que puede considerarse imposible de aquí a noviembre. ¿Y para el 2012? Habría más tiempo y con un parlamento de tono republicano podría redimirse de las prioridades ideológicas que le han hecho perder tanta popularidad. Pero no parece que esté en sus genes. Y no es sólo la economía y los dogmas doctrinales, es que el hechizo se ha roto. El mesianismo de su campaña es irrecuperable. Con ese tipo emocional de adhesión sólo se mantiene el electorado negro. Los hispánicos pueden ser mayoritariamente fieles por conveniencias de su laxa política migratoria y su pródiga política de subvenciones, pero los que esperaban que el universo sanase bajo su mandato y que el politiquerismo bisecular de Washington se trasmutase en inmaculada pureza, ya nunca volverán a su fe de antaño.
Mientras, es harto probable que los republicanos, a pesar del gran desfase actual de 60 escaños, ganen el Congreso y está dentro de lo posible que consigan una escueta mayoría en el poderoso Senado.
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