Una playa en Gran Vía

MADRID- Desde hoy y hasta el próximo sábado no se podrá cantar aquello de «aquí no hay playa», porque la plaza de Soledad Torres Acosta se ha convertido en una. Gracias a una iniciativa de Triball y una compañía de telefonía, los madrileños pueden disfrutar estos tres días del sol, la arena y el agua como si estuviesen en la costa griega, caribeña o indonesia.
A la playa del centro de Madrid no le falta de nada: chiringuito tropical, hamacas, vaporizadores, y hasta masajes y, a falta de olas, un surf mecánico en el que probar la habilidad sobre la tabla. El agua estará en una piscina improvisada y en la propia fuente de la plaza en la que suelen jugar los niños pequeños en los día de calor, ahora integradas como géiser en medio de la arena artificial.
Además, para amenizar la estancia en la playa habrá clases de capoeira, una batucada cada tarde y la actuación de DJ D. A. V. O para que no decaiga el ánimo hasta medianoche. Cada día actuará un grupo «playero» sobre el escenario que domina toda la costa de la plaza de Soledad Torres Acosta. «Los Brandys», «América del Surf» y un remix con los «Bombazos del verano» animarán la fiesta tras la puesta del sol.
Un ocaso muy particular además, puesto que cada día se pondrá el sol en un lugar del mundo a través de una gran pantalla gigante. Esta noche será en las playas caribeñas, mañana viajará hasta la paradisiaca Bali y el sábado despedirá el día en las costas adriáticas de Grecia.
Pero la fiesta no se limita a la playa, la asociación Triball repartirá planos de todos los locales de moda y restauración que se han rehabilitado gracias a su iniciativa. Quienes quieran aprovechar para hacer unas compras o disfrutar de una comida más abundante que la del chiringuito, puede sellar el mapa en las tiendas, bares y restaurantes de la asociación y recibirán a cambio un recuerdo del día de playa.
Curiosamente, en agosto de hace cuatro años, la asociación de vecinos del barrio de Universidad realizó una reivindicación en bañador, toalla, chancletas y tumbona para pedir una playa urbana en la plaza de Soledad Torres Acosta cada verano. Cuatro años después su petición se ha hecho realidad gracias a la iniciativa de Triball, que busca el mismo objetivo que los vecinos, atraer gente al barrio para reactivar la zona y recuperarla de la degradación que ha sufrido los últimos años.