La reforma y su comunicación por Joaquín Castiella

Mucho se ha hablado de la reforma laboral, y mucho más se seguirá hablando. No obstante, me llama mucho la atención lo que la gente considera que ha cambiado en la reforma. Ello es consecuencia de las pancartas y enseñas anunciadas por los sindicatos. Esos mensajes son los que han calado en los ciudadanos y constituyen una manipulación de la información en toda regla. Por ello, queremos por lo menos desmentir parte de ellos en este artículo. La indemnización y el despido parecen ser los temas estrella de la reforma, cuando el núcleo esencial es poner a disposición de las empresas una serie de mecanismos que flexibilizan las relaciones laborales (reducción de jornada, suspensión del contrato, etc), haciendo que el despido sea la última opción. Los sindicatos dicen: «Antes el despido era siempre de 45 días, ahora siempre será de 20 días». Pues bien, la reforma laboral lo que hace es intentar mejorar la redacción técnica del despido objetivo y el despido colectivo, posibilitando que las empresas que estén en apuros puedan acudir a los despidos sin necesidad de negociar indemnizaciones o reconocer la improcedencia y pagar 45 días. Por tanto, el despido antes no era de 45 días, era de 20 días. La cuestión es que las empresas, ante la pésima redacción de dicho artículo y el miedo a una jurisdicción muy proteccionista hacia el trabajador (la social), optaban por negociar o reconocer la improcedencia. Los sindicatos dicen: «Los ERE se liberalizan». Sencillamente falso, ya que muchos pensamos que la situación del empresario, lejos de mejorar, en los despidos colectivos ha empeorado. Se ha cambiado el control administrativo de la autoridad laboral por el control judicial. Y como agravante, la gran mayoría de los jueces ya reconocen que van a entrar a valorar la razonabilidad de la medida cuando el propio legislador, en la exposición de motivos de la norma, dice expresamente que deben únicamente centrarse en la existencia de las causas, no en la razonabilidad. A mi juicio, considero que a esta reforma lo que le falta es explicarla. Lo que falta es que el Gobierno se preocupe no sólo de legislar, sino también de comunicar, de hacer que llegue al ciudadano la verdad sobre lo que se ha aprobado.

Joaquín Castiella
Abogado laboralista