Brote de ébola

Profesionalismo médico por Ana PASTOR

Profesionalismo médico, por Ana PASTOR
Profesionalismo médico, por Ana PASTORlarazon

El anuncio por el Gobierno de la aprobación de una Ley de Servicios Profesionales ha puesto en estado de alerta a muchos profesionales sanitarios. Se ponen en lo peor al pensar que esa ley pueda ser utilizada para terminar con la colegiación obligatoria. Esta ley debería ser una oportunidad, justo para lo contrario, para avanzar hacia un nuevo profesionalismo médico, plasmado en el compromiso y la búsqueda de la excelencia en el ejercicio de la profesiones sanitarias ¿Quién decide lo que es ser un buen médico? ¿Qué actitudes, disposiciones y comportamientos éticos hay que preservar? Son los colegios profesionales, corporaciones de derecho público, las que deben velar por el mejor ejercicio profesional. La nueva ley ha de garantizar la colegiación de los médicos y de todos los profesionales sanitarios. La ética y el profesionalismo constituyen el fundamento de la actividad médica. Conocimiento especializado, autonomía en la toma de decisiones, compromiso de servicio a la sociedad y autorregulación son los pilares del profesionalismo. La colegiación obligatoria es un elemento clave para preservarlo y también para el refuerzo institucional de los Colegios de Médicos y su nivel de compromiso. Para cumplir eficazmente con su papel, deberán dotarse de mecanismos que garanticen a los ciudadanos la responsabilidad que se les va a otorgar y asegurar el cumplimiento de los compromisos que libremente han asumido.

Dice el Juramento Hipocrático: «Trataré a los enfermos de acuerdo con mi capacidad y buen juicio y los apartaré del perjuicio y la injusticia», resumiendo muy bien la esencia de la ética médica, es decir la primacía del beneficio del paciente. El profesionalismo médico hunde sus raíces en este principio, como lo hace también en los de la integridad, honestidad, respeto hacia los demás, empatia, altruismo y la excelencia profesional. La colegiación obligatoria garantiza, en beneficio de los profesionales y sobre todo de los pacientes estos principios a los que no podemos renunciar.