Bruselas
Berlusconi pide ayuda a China ante la ola de desconfianza que genera el país
Italia vuelve a mostrar síntomas de asfixia en los mercados internacionales. La prima de riesgo superó durante buena parte del día de ayer los 400 puntos mientras que el Tesoro tuvo que pagar un interés nunca visto desde que nació el euro para colocar deuda a cinco años.
La rentabilidad fue del 5,6%, siete décimas más que en la emisión realizada el pasado mes de julio. Además, la demanda fue menor: en esta ocasión, la ratio de cobertura fue de 1,3 veces, mientras que hace dos meses se demandaron 1,9 veces más de títulos de los que se vendieron.
Vender confianza
Para intentar darle la vuelta a esta situación, el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, intenta estos días vender confianza en el exterior del país transalpino.
La elevada deuda pública italiana, estimada en un 120% del PIB, y las dudas que levanta el plan de ajuste económico diseñado por el Gobierno son los mayores escollos que debe superar «Il Cavaliere». Ayer, Silvio Berlusconi se reunió primero en Bruselas con el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y a continuación en Estrasburgo con el presidente de la Comisión Europea , José Manuel Durao Barroso.
El mandatario aseguró que la deuda pública es «sostenible», y garantizó que el plan de ajuste saldrá hoy adelante en la Cámara de los Diputados. Asimismo, echó la culpa a la oposición de la inestabilidad por la que atraviesa el país transalpino. Los intentos por generar confianza en el exterior llegan incluso hasta China. Según publicó el periódico económico «Financial Times», Roma habría pedido a Pekín que comprase deuda italiana de forma «significativa».
Sin embargo, por su parte, el fondo soberano del país asiático descartó que esté interesado en participar en las emisiones del Tesoro. Su objetivo es otro: invertir en industrias italianas.
«El problema es de Europa»
En su intento por aplacar a los mercados, Berlusconi no dudó en echar la culpa de los males de su país a Europa. En su opinión, «el problema no es de Italia, sino de la credibilidad europea. El propio Barroso ha señalado la solidez y fuerza de la economía italiana», dijo. Por eso, añadió, lo principal es «concentrarse en una gobernanza común. No puede ser que cada país tenga una política fiscal o financiera. No puede ser que un país como Eslovenia pueda poner objeciones al rescate griego».
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