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Un buen fichaje con matices por Sergio Alonso

Un buen fichaje con matices por Sergio Alonso
Un buen fichaje con matices por Sergio Alonsolarazon

A diferencia de lo que opina de forma mayoritaria el sector sanitario, pese a lo que dice en público, creo sinceramente que el nombramiento de Pilar Farjas como secretaria general de Sanidad y número dos de Ana Mato constituye todo un acierto por parte de la nueva ministra. Un acierto por varios motivos: el primero es que la Sanidad española no está para bromas. La bancarrota de las autonomías es tal, que no hay día en que no se improvisan medidas: cuando no es el cobro de las tarjetas, es un «rappel» adicional a los medicamentos. No hay tregua. Por eso, es necesario que una cirujana de hierro como Farjas tome las riendas, diseñe el paquete completo de medidas de ahorro y domeñe a los consejeros para que, al final, no haga cada uno lo que le venga en gana o necesite en función del agujero de sus cuentas públicas. Pero, además, la designación de Farjas es importante porque, como ya demostró en Galicia en su puesto de consejera, es una mujer que no se arruga. Recuerden si no el pulso que mantuvo con Farmaindustria a cuenta del cacareado «cataloguiño». La crisis económica es de tal intensidad, la herencia tan nefasta y las necesidades perentorias tan evidentes, que hacen falta personas a las que no les tiemble el pulso, cojan el toro por los cuernos y saquen al Sistema Nacional de Salud del atolladero en el que está metido. En el debe de la nueva número dos de Sanidad están, sin embargo, las formas. Farjas debe compatibilizar las duras medidas que adopte con una mayor cintura de la que demostró en Galicia a la hora de negociarlas con los sectores afectados. También tiene moralmente los pies atados con Andalucía y su particular «subastazo». Si ella rompió la unidad de mercado como consejera, no podrá usar el mismo argumento para cargar contra María Jesús Montero.