Debate Estado Nación
Jugar a ganar
Una semana después de la crisis de Gobierno, anunciada por Rodríguez Zapatero, más importante desde el año 2004 es evidente que el Partido Socialista ha reaccionado. Todavía estamos demasiado cerca para saber si estamos hablando de algo temporal y perecedero o, por el contrario, es un cambio cualitativo de más largo recorrido. El tiempo lo dirá, lo que sí tenemos claro a estas alturas de la película es que aquí todavía hay partido antes de las elecciones y que el Partido Popular tiene que ponerse las pilas. No es suficiente con esperar a que el fruto caiga maduro. En política las cosas cambian a una velocidad de vértigo y el que tiene la iniciativa es quien siempre tiene la ventaja.
El Partido Popular hasta el momento, durante los últimos días, ha recurrido al pasado del vicepresidente Pérez Rubalcaba o a su «maldad política». Sinceramente ese argumento no tiene validez alguna, ni siquiera llega a la ciudadanía. Los hechos así lo demuestran. Si en el año 96 con la que estaba tronando, entre el GAL y la corrupción, Aznar ganó a González por una diferencia de trescientos mil votos; ahora las cosas –encuestas aparte– no serían muy diferentes, con crisis incluida.
El PP tiene que aceptar que el PSOE, Rodríguez Zapatero y los viejos rockeros del felipismo han dado la vuelta a la tortilla; y aunque esa vuelta es inmediatamente reversible no vale con hacer juegos de palabras o utilizar recursos más o menos fáciles. Aquí la única realidad es que el Gobierno ha tomado la iniciativa y el Partido Popular tiene que reaccionar.
Dicho lo cual, hay que decir que las cosas siguen como estaban. Es decir, una crisis económica galopante, un paro de otra galaxia y un Gobierno que ha dejado que las cosas se fueran pudriendo a toda velocidad. Además, está claro que las encuestas son contundentes a favor del Partido Popular. Precisamente, por todo eso, en las filas populares deberían ser conscientes de que tienen todo el viento a favor y que aunque ahora el Gobierno esté remontando el vuelo, el grado de credibilidad real del Ejecutivo y de su presidente está por los suelos. ¿Es eso suficiente? No es suficiente. Además, hace falta que entre los populares se crean que pueden ganar en el año 2012. No pueden tener miedo escénico, no puede ser que el ruido lógico que orquesta quien tiene el poder apague el trabajo de oposición de cuatro años. Y es verdad que corren el peligro de convertirse en una estatua de sal pensando, que de esa manera no cometerán errores que los alejen de la victoria electoral.
La reacción del PSOE tiene que provocar en el PP una mayor seguridad en sí mismo. Los populares están en una situación privilegiada para ganar; ahora tienen que pasar al ataque; es evidente que queda partido y ahora una táctica defensiva podría provocar un desastre. Sólo vale jugar a ganar, todo lo demás es un equilibrio imprevisto y peligroso.
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