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Dos detonadores hallados en el último zulo estaban activados
MADRID-Dos de los cinco relojes digitales que ETA guardaba en un zulo de Abadiño (Vizcaya) estaban activados con sus correspondientes pilas, según han informado a LA RAZÓN fuentes antiterroristas. El asunto es investigado por los expertos, que tratan de determinar la duración de las baterías o –y esto sería un dato preocupante– si el escondite había sido visitado recientemente por el «comando» del que depende, con el fin de comprobar el estado del material y realizar algún tipo de prueba. La banda guardaba material suficiente para hacer cinco bombas de unos siete kilos , de gran poder destructivo. El cordón detonante está destinado a reforzar la explosión; los detonadores, a activarla; y los relojes, a marcar el momento escogido para el atentado. El hecho de que dos de estos dispositivos, del tipo digital, que permiten programar el momento de la acción criminal con varios meses de anticipación, es algo extraño para una banda que ha anunciado el «cese armado». Cabe la posibilidad, según las mismas fuentes, de que los miembros del «comando» hayan aprovechado para instruir a terroristas novatos en el uso de estos instrumentos.
Una vez logrados los objetivos que se había propuesto para las elecciones municipales y generales, ETA plantea, ayer mismo lo hizo a través del comunicado de los presos –la continuidad del «proceso»–.
Los dos relojes activados en el «zulo» de Abadiño, a la espera de lo que dictaminen los expertos, no constituyen una buena noticia y hablan de que la banda se ha planteado su continuidad para actuar como «garante» de que el «proceso» llegue hasta el final; es decir, hasta la independencia del País Vasco con la anexión de Navarra. Si no fuera así, a los terroristas les habría faltado tiempo para comunicar al abogado Brian Currin los lugares en los que están los zulos con el fin de que las Fuerzas de Seguridad españolas y francesas se hicieran cargo de las armas, explosivo, dinero y documentación.
Las fuentes consultadas subrayan la necesidad de que, una vez superada la etapa socialista, el Ministerio del Interior establezca entre sus líneas maestras de actuación la posibilidad de que ETA vuelva a las armas y que para ello, se esté reorganizando. «No hacerlo, sería un suicidio» agregaron.
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