Multa de 320 euros por grabar su nombre en la Alhambra

El militar, que en su día depositó 300 euros tras su detención, ha sido condenado a una multa de veinte días a seis euros diarios, frente a los quince euros diarios durante el mismo periodo de tiempo (300 euros en total) que solicitaba para él la Fiscalía.

La pena que solicitó el Ministerio Público era la máxima prevista para una falta contra el patrimonio, según apuntó durante la vista oral el fiscal, que consideró los hechos de una "indudable gravedad por su trascendencia social, patrimonial y monumental".

Pese a ello, explicó en el juicio el fiscal, la calificación de los hechos fue de falta y no de delito porque el informe patrimonial encargado al efecto tasó la reparación de los daños
ocasionados al monumento en unos 200 euros, por debajo de los 400, que es el límite a partir del cual una actuación de esta índole es tipificada como delito contra el Patrimonio Histórico en el Código Penal, que establece para estos casos penas de prisión de uno a tres años.

El militar jordano, M.J., deberá además indemnizar con 200 euros -la misma cuantía en la que la Delegación de Cultura tasó los daños- al Patronato de la Alhambra y Generalife, según las fuentes.

En el fallo, el juez mantiene que en este caso consta "claramente"la concurrencia de un daño material mediante la inscripción con relieve en la piedra -con un objeto punzante no determinado- "más allá del mero afeamiento o deslucimiento".

Entiende el juez que se trató de una acción realizada de forma intencionada a un monumento histórico.

Durante la celebración del juicio de faltas, los dos vigilantes de seguridad que presenciaron los hechos declararon que cuando acudieron al lugar advertidos por unos turistas sorprendieron al acusado grabando la inscripción: su nombre en vertical junto a la fecha -"Jaradat 130811"-.

Ambos mantuvieron que el hombre admitió ser el responsable de la inscripción y que, por sus gestos, parecía estar "sorprendido y preocupado".

Los hechos ocurrieron el pasado 13 de agosto, cuando el acusado, que integraba una delegación enviada a Sevilla por el Gobierno jordano para la compra o supervisión de un avión militar, aprovechó el viaje a España para hacer una visita a la Alhambra.